1 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Hoy por ti


Por Horacio Toro

Daniel Quintero decidió sacar al Atlético Nacional de la ciudad de Medellín. ¿Por qué? porque se le dio la gana y sobre todo porque lo puede hacer.

Mi opinión es que fue la Alcaldía la que le dio un manejo equivocado o premeditado, vaya uno a saber, a la situación que ocasionó el enfrentamiento innecesario entre la barra “Los del Sur” y el ESMAD  y debido a este mal manejo se desataron los actos violentas que produjeron los heridos y los destrozaos por todos conocidos.

Luego sale a responsabilizar al club a castigarlo y a defender a los agresores. Pregunto, qué hubiera pasado si el ESMAD no entra al estadio a enfrentar a la barra y solo se anuncia que el partido estaba suspendido, como ocurrió hace poco en Ibagué cuando agredieron a un jugador antes de un partido.

Lo más seguro es que no hubiera pasado nada. La Dimayor sancionó al Nacional y lo castigó con tres fechas sin público y a la barra de Los del Sur con tres fechas más sin asistir al estadio. Mientras tanto, el alcalde destierra al Nacional y ruega por comprensión para las barras y pide que “no los estigmaticen” que ellos son buenos y que le han aportado mucho a la ciudad. ¿Dónde está el castigo por parte de la Alcaldía para la barra?

Lo cierto es que Quintero se solidarizó con los violentos y se puso en contra del club, de la hinchada y de las personas que reciben ingresos de este espectáculo. La alcaldía no solo obró mal, sino que incendió la discusión con declaraciones mafiosas que exacerbaron aún más los ánimos.

Quintero tratando de quedar bien con la afición se disfrazó de hincha y salió a pedir calma y buenos modos. El, que había provocado todo esto, se le ocurre pedir calma. ¡Qué cínico!

Ahora está pidiendo que las barras, el club y la alcaldía se sienten para hacer que vuelva el fútbol a Medellín. El señor alcalde no se ha enterado que el fútbol no se ha ido de la ciudad y que como él solo está desterrando al Atlético Nacional, el DIM y la liga femenina seguirán jugando en el Atanacio.

Así que la expresión de Quintero de “vamos a hacer que el fútbol vuelva a Medellín”, debía cambiarla por algo más sincero como si Nacional hace lo que yo quiero y cede a las pretensiones de la barra brava, entonces los vuelvo a dejar jugar en mi estadio.

Quintero, con una actitud entre reyesuelo y madre de los desamparados dice que se deben sentar las trespartes para hacer compromisos y que él es el garante. ¿Garante de qué? ¿De darles contratos a los miembros de esa barra? ¿De burlarse y ofender a los directivos de club? ¿De desterrarlos? ¿En qué va ayudar? Quintero defiende la barra brava de Los del Sur y detesta a las directivas de Nacional. ¿De qué va a ser garante un personaje así?

En vez de apoyar la institucionalidad, sancionar a los revoltosos y privilegiar al espectáculo, a los jugadores, a las familias que viven de esto y a los aficionados, decide seguir favoreciendo a los delincuentes. Señores y señoras, ese es el alcalde que Medellín tiene.

Señores directivos del Atlético Nacional no cedan. Ustedes serán el camino para un verdadero cambio en el fútbol de Colombia. 

Como dijo Martin Luther King, no me estremece la maldad de los malos, sino la indiferencia de los buenos. Defendamos al Atlético Nacional, este el momento. Como dice el proverbio… ¡Hoy por ti!