11 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Gardeazábal: vida y obra

@eljodario

Por Miguel Yusty

Y mañana, exactamente a las 4 de la tarde en El Gran Salón del Hotel Intercontinental, el escritor Gustavo Álvarez Gardeazabal recibirá, de la mano respetuosa de la gobernadora Clara Luz Roldán, la distinción a su obra y vida como maestro de las letras y la escritura culta y fascinante que ha caracterizado toda su novelística. Esta vida literaria ha estado atravesada por una lucha, que no ha sido otra cosa sino la aventura de lograr el éxito siendo un ser no convencional.

No voy a ponerme en el detalle, como lo he hecho en otras oportunidades, de analizar la estructura de sus relatos y mucho menos su técnica y su estilo o sus influencias literarias.

En cambio, voy a destacar que, efectivamente, el escritor de Tuluá siempre luchó y tomó distancia de las rutinas convencionales que han marcado las diversas etapas de su vida.

Ha colocado la distancia y separado los terrenos para no parecerse a nadie, ni mucho menos ha permitido, que las oleadas de las modas literarias le impusieran los códigos de parecerse o de imitar las metáforas y las técnicas de narración, de los más ilustres escritores del llamado por ejemplo boom de la literatura latinoamericana en la década de los 60 y los 70.

Gardeazabal no ha sido similar a nadie, ni mucho menos ha tenido pretensiones de saquear las estructuras narrativas de García Márquez o de Julio Cortázar, ni mucho menos como algunos de su generación de imitar a Borges.

Su pasión por lo no convencional está presente en sus doce novelas, que hoy forman parte de la biblioteca Gustavo Álvarez Gardeazabal, estructurada en buena hora por el grupo editorial de El Tiempo y colocada una a una en las estanterías de almacenes Éxito y probando su no convencionalismo, las carátulas están bellamente ilustradas por el hoy importantísimo artista y dibujante excepcional Alfredo Saldarriaga.

Creo que estos últimos tres años en la vida del escritor han sido un punto culminante de trayectoria literaria, tal como ha quedado reseñado en “LA TINTA DE LA VIDA”, ese bello documental realizado el año pasado por el director de cine Miguel Ernesto Yusty.

Quien, a través de la magia de la cinematografía, este documental relata la vida y los contrastes de cómo Gardeazabal, ha sabido superar todas las presiones a las que lo sometieron y lo someten los grandes acontecimientos políticos del país y obviamente sus frustraciones a sus intentos por lograr la paz.

Estas frustraciones, como en el último capítulo de su novela recientemente vuelta a publicar, “LAS GUERRAS DE TULUÁ”, parecieran reiterar el problema de las guerras y su significado. Refiriéndose a Tuluá, diciendo que ya no quedan rezados que le puedan huir a la muerte.

“Pues los espantapájaros no existen”, escribió en el epílogo a esta edición del año actual, donde grafica su espanto por las guerras interminables que no terminan ni en Tuluá ni en el país.

Este martes, acompañaremos y estaremos en la convocatoria de la invitación Gobernadora Clara Luz todos sus amigos, rindiendo culto al escritor que ha mirado el mundo con buen humor, para sobrevivir al impacto de la cruda realidad mediante una combinación en el relato de una creatividad que no tiene límites y que todavía tiene tanto encanto, como cuando se publicaron por primera hace ya varias décadas.

No parecerse a nadie, renunciar a la convencionalidad, fue la apuesta que Gardeazabal hizo y que definitivamente lo consagra como un escritor único que elevó a través de su novela “CÓNDORES NO ENTIERRAN TODOS LOS DÍAS” a una categoría tan o más impactante que la novelística de la revolución mexicana, no pareciéndose precisamente a Juan Rulfo, su narrador más calificado.