1 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Flores y tomates para el alcalde de Medellín

Por Claudia Posada

Es posible que sea cierto lo que algunos dicen, que el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, tiene el ego muy elevado. Lo cierto es que es carismático, agradable. Más bien, es posible que sea un hombre seguro de sí mismo y eso lo haga ver “sobrador”.

Pero no se nos puede olvidar que en actividades visibles como las  de personajes famosos de todos los ámbitos, celebridades, actores del poder político o económico, son usuales las máscaras.

Y no por falsedad en todos los casos, a veces se hacen necesarias para escenarios de públicos heterogéneos evitando generar conflictos, o bien por ocultar debilidades o flaquezas que se les hacen perjudiciales. (De esta generalidad se aparta Donald Tromp, a él le importa un pito mostrarse tal cual sus extravagancias).

Al alcalde Quintero Calle le critican cierta “testarudez”; quizás le falta aceptar el asesoramiento pertinente para que aterrice mejor en el  “campo minado” de la maliciosa política parroquial.

Dada su inexperiencia en este manejo, si de verdad quiere que se le vea como un mandatario independiente para la capital de la montaña, tendrá que evitar a ciertas figuras que se le están colando.

En materia comunicacional, se observan  estrategias de divulgación, como la publicación en El Tiempo (Publirreportaje si fue pagada) absolutamente innecesarias en este momento; mejor dicho, contraproducentes.

¿Requería más exposición mediática? Ponerle la cara a la ciudad por cada decisión, reportar cifras, logros y dificultadas, en fin, estar contándonos a los habitantes de Medellín el día a día de la pandemia a nivel local, es suficiente para crear acercamiento,  generar credibilidad y la confianza indispensable que no puede abandonarnos en estos momentos tan críticos.

¿Será que el alcalde, suponiendo que goza del acompañamiento idóneo para cada área de la comunicación institucional, seguramente con profesionales de trayectoria en el manejo de la herramienta relacionística que se aplica para el sector público -no es igual para el privado-  no se está dejando aconsejar? Eso de ser “llevado de su parecer” es maña de los políticos, no de líderes modernos.

Ante la situación sanitaria que ha impactado a la casi totalidad de los países del mundo, la cual no está controlada y sigue en expansión sin saberse a ciencia cierta hasta cuándo, deberíamos darnos por bien servidos con nuestros mandatarios.

El presidente Iván Duque y su gabinete, nuestro gobernador Aníbal Gaviria y buena parte de quienes lo acompañan, el alcalde Quintero Calle con el apoyo valiosísimo de la academia, así como la gestión colaborativa de sectores privados y públicos, han conformado un fuerte bloque de ayuda mutua para aliviar las cargas del sector salud, y en particular, para resolver de alguna manera las penurias consecuentes de las medidas que han debido tomarse.

Semejante situación, empeora con la irresponsabilidad e insensatez de ciudadanos a los que todavía no hemos podido encontrarles el calificativo. Tampoco nos es fácil entender cómo es posible que rueden por las redes sociales mensajes que comparan al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, con Nerón, Cuba, imperio comunista, nazis  “…juzguen ustedes” dice el malintencionado texto en el bautizan, así con mayúsculas “EMPADRONAMIENTO” al formulario que puede diligenciar voluntariamente, identificándolo con el número de contrato de los servicios públicos domiciliarios prestados por  EPM.

El cuestionamiento infame que le hacen, lo justifican por poner al acceso de la comunidad, un formato que, según el anónimo, escudriñará peligrosamente.

Creemos que se busca establecer con mayor precisión, datos que faciliten proyectar, diseñar estrategias paras controlar el virus, sectorizar y atender más oportunamente a los posibles contagiados; además, permitirá  llegar a las familias o personas más necesitadas de ayudas en todo sentido.

Ojalá el método diseñado cruce información que permita sanear los listados que a la fecha maneja la municipalidad.

Es la oportunidad de  poner en su sitio  a los avivatos que por siempre engañan para aprovecharse de las crisis, e impiden que la solidaridad estatal o privada, cubra las mínimas necesidades de los  verdaderamente menesterosos. Definitivamente al alcalde de Medellín le llueven flores, y le caen “tomates” despachados, nada raro, desde las bodegas enemigas.

Para quienes de una u otra manera, tienen que ver con la atención a los pacientes, los cuales día tras día demanda más personal, espacios, tecnología y  materiales, esta ha sido un prueba sin precedentes; se evidencia, por lo demás, que si en países desarrollados se ven cortos para responder a la pandemia, qué será de Colombia en donde los legisladores, mayoritariamente, no ven más allá de sus curules cuando se trata de priorizar Educación y Salud.