17 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Este 1° de mayo enaltezcamos el trabajo honrado 

Por Claudia Posada 

A 1886 se remonta la historia del Día del Trabajo para conmemorar aquella vez cuando un grupo de obreros en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, fueron asesinados al sublevarse; por esto se les recuerde como “Mártires de Chicago”. Ellos se habían reunido con el fin de reivindicar derechos laborales y luchar en contra de las precarias condiciones de su trabajo y los largos turnos a los que eran sometidos. De ahí que más comúnmente se les reconozcan como las luchas del movimiento obrero. De aquel entonces al hoy son muchas las batallas lideradas individual y colectivamente por conquistas que se han ido ajustando a circunstancias que aparecen a la par con la modernidad. Ahora existe mayor interés por conciliar racionalmente para beneficio de empleadores y empleados. Las relaciones de trabajo en el presente siglo son obviamente de otra naturaleza. El mundo de la virtualidad, los diversos tipos de contratación, la tercerización, el impacto de la tecnología, los cambios de paradigmas, los modelos organizacionales, la evolución y revolución industrial y la sorprendente robotización terminaron por transformar el papel del sindicalismo, antes entendido como lucha de reivindicaciones, a entenderse hoy como el dialogo necesario para el crecimiento empresarial y la realización de proyectos personales. 

Cuando hay motivaciones para una actividad laboral satisfactoria, el trabajador agrega valor a sus tareas; si las instrucciones de jefes a subalternos son precisas y la comunicación es sincera y clara, las relaciones pueden mantenerse en el tono respetuoso que baja el estrés para hacer un clima organizacional gratificante. Como en todos los escenarios de la existencia humana, en el trabajo hay también momentos críticos; manejarlos independientemente de los protagonistas, es la clave de la resolución pacífica de conflictos. No podemos ser duros con las personas sino duros con los problemas: atacar sus raíces y llenarnos de información de ida y vuelta para encontrar puntos coincidentes, intereses que nos unen y puntos de discrepancia; en todo caso que las crisis no crezcan, hay que bajarlas a su mínima expresión. 

De Hernol Flores Opazo, expresidente de la Organización para el Desarrollo Sindical, ODESI, de Chile, bien vale la pena retomar algunos de los puntos que él divulgó y propició para las actividades sindicalistas, y que llamó Propuestas de Principios para un Sindicalismo Moderno: “La organización sindical es el cuerpo intermedio natural de participación que tienen los trabajadores en la sociedad global, cuya misión básica es de naturaleza socio-política, que tiene por objeto insertar a las trabajadoras y trabajadores de manera orgánica y permanente a las empresas o centros de trabajo, y a las estructuras institucionales que actúan en las decisiones técnicas o políticas relacionadas con sus intereses laborales específicos”. Ésta, por ejemplo, es una propuesta que, puesta en práctica como principio para alimentar cualquier sindicato, sin duda conducirá a excelentes relaciones patronos-trabajadores, redundando en el bienestar y crecimiento individual y colectivo, y con absoluta seguridad, facilitará las conversaciones gobierno-empleadores-empleados. 

La necesaria autonomía sindicalista, Flores Opazo la plasmó así: “Se valora la importancia de los partidos políticos en la sociedad, por ser los entes de expresión organizada de la ciudadanía, y se reconoce sus legítimas aspiraciones de acceder al poder para poner en práctica sus postulados y programas. No obstante, en resguardo de la autonomía, se enfatiza que resulta contrario a la naturaleza de la organización sindical el que se pretenda manipular sus funciones propias para ponerlas al servicio de una ideología o movimiento determinado”. Tiene inmensa importancia este punto a considerar todo sindicato, dado que una de las críticas más insistentes a este tipo de movimiento es el que hayan perdido credibilidad por sus presumibles compromisos partidistas.  

Un principio, llamado a que los emplazamientos ideológicos deben ser reemplazados por acuerdos programáticos, Hernol Flores lo planteó así: “Los objetivos de grandes mayorías sobre puntos claros y concretos del presente y del futuro, son los estímulos que motivarán al movimiento sindical tras la defensa de sus derechos, de la igualdad y la justicia”. En resumen, hoy más que nunca, cuando se presentan temores naturales, fundamentados en que se acerca un cambio veloz y determínate para la subocupación humana en el trabajo, considerando la Inteligencia Artificial (IA), la automatización y robotización, se debe creer en la importancia de tener sindicatos gremiales bien estructurados, enmarcados en valores sociales y de altas capacidades para el dialogo y la concertación; capaces de reconocer competencias para el crecimiento de sociedades competitivas y felices.  

Este 1° de mayo, exaltemos, sin tergiversaciones malsanas, el valor de las buenas relaciones obrero-patronales; las justas conquistas laborales; honremos a las valiosísimas mujeres trabajadoras, laboriosas, emprendedoras, y a los hombres empleadores, empleados, e independientes, que todos los días con entusiasmo, desde su nivel, categoría o posición en el ámbito laboral, dan de sí lo mejor para el país que ellas y ellos cultivan honradamente pensando en sus familias y en las generaciones venideras.