4 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Entre la frivolidad y el horror

Dario Ruiz

Por Darío Ruiz Gómez 

La abrumadora mayoría de los periódicos de España, el ABC, el Confidencial, El Español, El Mundo, OK Diario, Libertad Digital, El Independiente, La Vanguardia, Voz pópuli, La Razón etc, etc, son calificados de “derechas” por ser abiertamente críticos con el gobierno de Sánchez y su incapacidad para hacer frente a las difíciles situaciones sociales y económicas que hoy tienen a España al borde del “Default” y por defender la herencia del humanismo español y occidental, los aportes del pensamiento católico o republicano.  

Pero sobre todo por un ejercicio sin tregua de abierta oposición con Podemos, el partido de extrema izquierda, con cuya desastrosa colaboración gobierna Sánchez.  

Las publicaciones de izquierda como Diario.es si bien comenzaron como expresión de una izquierda civilista, hoy podemos decir que este diario derivó hacia una centro izquierda que trata de alejarse de cualquier extremismo oportunista.  

Las publicaciones de Podemos son tan feas en su formato y vacuas en sus dogmáticos clichés que terminan por ilustrar lo que ha supuesto la ausencia de estética en este populismo. El caso de “El País” y su crisis económica permanente, hoy lo lleva a situarse en la mitad del escalafón de los mejores periódicos cuando hace veinte años constituyó un imperio cuya influencia fue arrolladora con la presencia de su grupo editorial, un grupo capitalista que jugó a la extrema izquierda, a la progresía y hoy paga las consecuencias de estos juegos que tanto daño le han hecho a Colombia a través de sus sectarios corresponsales. 

Me refiero  entonces a grandes periodistas  como  Pedro J. Ramírez, Francisco Marhuenda, Bieito Rubido, y a firmas como Eduardo Cacho, Victoria Prego, Gregorio Morán,  Federico Jiménez Losantos, Arcadi Espada, Eduardo Inda, Gabriel Albiac,  Fernando Savater y muchísimos más columnistas de opinión, cuyas posiciones están fundamentadas por una amplia cultura filosófica, jurídica, histórica, por un riguroso conocimiento de la historia y de los procesos de las ideologías y por estilos inconfundibles donde la lección de Ortega y Gasset, de Chávez Nogales es vocación de un pensamiento humanista, bajo aquello que Camus enseña. “Si la verdad estuviera en la derecha allí iría a buscarla”.  

Periódicos como “La Nación”, “Clarín”, “El Mercurio”,  “El Nacional”, en Argentina, Chile, Venezuela, intimidados por el populismo, el kirchnerismo,  permanentemente descalificados como fascistas, mantienen en alto la defensa de una sociedad plural, el derecho a la libertad de pensar o sea el rechazo a caer en el indecoroso colectivismo mediante el cual se masifica a la ciudadanía para someterla  

¿Entonces, por qué en Colombia en esta peligrosa coyuntura a que nos está sometiendo el terrorismo y  donde no puede haber otra opción que la defensa de la democracia, periódicos que históricamente nacieron para la defensa de estas conquistas democráticas frente a la barbarie comunista  continúan practicando una falsa neutralidad informativa, una clara ambigüedad ética ante la cual son los enemigos de las libertades quienes cobran  ventajas? ¿Incapacidad de entender el reto del periodismo digital, dando un salto hacia el vacío? 

Claro que hay algo importante al respecto y es la irrupción de las redes sociales, el poder crítico de los memes y los blogs y publicaciones independientes que han venido a certificar la distancia ya imposible de salvar entre esos grandes medios que ya nadie tiene en cuenta por su incapacidad de crear opinión pública, de dar nombre propio a los terroristas; y la vida y hechos de la ciudadanía común que transcurre en su cotidianidad bajo los valores imprescindibles de la cordialidad y la confianza.  

Señor, ¿seré de derechas por defender la democracia?