2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Elucubraciones: Te odio y te quiero

Eduardo Aristizabal

Por Eduardo Aristizábal Peláez 

Era yo un niño, estudiante de primaria en el Colegio de Cristo de Manizales,  que regentaban los  hermanos maristas en el Parque Fundadores, lo que hoy es el Colegio Isabel la Católica, cuando al pasar por los establecimientos públicos del centro de la ciudad, como  el Parnaso, café Adamson, Bar Champion, Covadonga, Zoratama, entre los muchos tangos, rancheras, boleros, escuchaba una canción de  Enrique Alessio y Reinaldo Yiso que interpretaba el cantante ecuatoriano Julio Jaramillo y que yo  verdaderamente no entendía, pues era una flagrante  contradicción: Te odio y te quiero. 

“…Te odio y te quiero, porque a ti te debo mis horas amargas, mis horas de miel…” 

Ya mayorcito para mí era claro que todo pasaba por una simple inspiración de un hombre enamorado, pero desplazado, acordándose de los días felices con su amada, pero recordándola con rencor porque se imaginaba que ya había sido sustituido y dicho reemplazo disfrutaba de las delicias de tan grata compañía. Eran otros tiempos. 

Ahora dicha palabra recobra su real significado y desgraciadamente se está enseñoreando en las campañas políticas. ¡Qué miedo! 

Ausencia casi absoluta del discurso claro y edificante, proliferación del insulto y la calumnia. Ataques dolosos y sin argumentos, destilando odio y rencor en grado superlativo, dando una imagen y ejemplo peyorativo a los colombianos. 

Dicen los expertos que el odio hace más peligrosa nuestra mente y nos lleva a recordar con escalofrío, sin entender, como el nazismo pudo generar un sentimiento antisemita tan profunda que arraso a millones de judíos. Al odio, no se juega. 

¿No entenderán estos políticos de marras que el odio genera aversión, sentimiento de destrucción de la armonía y puede generar gravísimos enfrentamientos materiales entre los colombianos? 

Pienso en el 29 de mayo en la noche y siento miedo. En donde está la legislación para detener esta sórdida avalancha de campañas huecas, sin programas, gritando no vote por él, en vez de gritar cuáles son sus programas de gobierno y hacer didaxis sobre sus contenidos. 

¿Qué imagen nos podemos formar de dichos posibles mandatarios que en sus campañas tiene el odio como estrategia? Si eso es ahora, sin poder, como será después cuando alcancen sus objetivos. 

Candidatos, por favor, a bajar volumen al discurso, y presentar más sus propuestas, si es que las tiene y dejen jugar al moreno.