
Por Eduardo Aristizábal Peláez
Para el jurisfilósofo argentino Raúl Eugenio Zaffaroni, Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Ministro de la Corte Suprema de Argentina, Director del Instituto Latinoamericano de prevención del Delito, de las Naciones Unidas, la criminología mediática se inscribe en el contexto de manipulación existente en el mundo contemporáneo, el cual es fundamental para el control social que ejerce un sector del poder sobre la población.
La influencia de medios masivos de comunicación, sobre la conciencia social, es innegable. La explosión de los medios de comunicación, convertidos en medios de comunicación masivos de alcance prácticamente absoluto, el poder influenciador de los medios de comunicación sobre la conciencia social de los diferentes pueblos en el mundo, es una realidad innegable.
Lo anterior se descubrió políticamente, en los tiempos de la formación del tercer Reich alemán, Adolfo Hitler y recuerda que el ministro de propaganda Joseph Goebbels quién fue el genio de la utilización de la propaganda a través de los medios de comunicación, en aquel entonces fundamentalmente la prensa escrita de difusión masiva y la prensa radial, también de difusión masiva, lograron el objetivo deseado por el régimen alemán.
Goebbels es recordado básicamente por un lema: una mentira dicha mil veces se convierte en una verdad y esa fue precisamente la proclama axiomática con la que el redescubrimiento político de los medios de comunicación ha retomado la definición de medios de comunicación generadores de una realidad paralela que dista de ser la realidad real de la sociedad.
La televisión tiene un impacto psicológico muy fuerte sobre la conciencia social de los seres humanos. Las imágenes, los colores, la ausencia de un lenguaje elevado, más bien un lenguaje cotidiano, es el que se utiliza en la televisión y todo ello confluye para ingresar y de una manera fácil y libre hasta lo más profundo del consciente e inconsciente de cada individuo, determinando su pensamiento, no influenciando, sino determinando su pensamiento en torno a la realidad y que ahora la política muy sutilmente ha utilizado en un sentido soft, suave, los medios de comunicación, para desde los
programas noticiosos, crear una realidad paralela de ángeles y demonios, entonces es la televisión, la prensa escrita, la prensa radial, los tres principales medios de comunicación todavía importantes de la prensa masiva, que influyen en la formación del pensamiento social de la conciencia social sin dejar de reconocer ahora, las redes sociales.
Pero en los tiempos modernos, esa figura ya se ha convertido, paradójicamente, en arma de quien pierde el poder y es propietario de medios masivos de comunicación, como en Colombia.
Evidentemente esto ha terminado colocando a los medios de comunicación en la posición de ciervos de la política y ya no se encuentran al servicio de la sociedad sino al servicio rentado de la política o de sus patrones. Ese es el grave problema. ¿Somos conscientes de ello como periodistas y entonces tomamos partido para ponerlos al servicio de la sociedad realmente o para ponernos al servicio ramplón y rentado de la política partidaria ? O somos unos ingenuos idiotas o nos hacemos los idiotas, buenos y seguimos realizando nuestro trabajo, peor aún, dejándonos llevar por la ola, lo cual inclusive termina generando siempre un servicio por culpa, negligencia, por descuido, un servicio a la política partidista. De allí la importancia de pensar, gracias a la facilidad de la virtualidad, en la creación de medios independientes, autónomos, serios, al servicio de la comunidad.
Lo grave de estos análisis, que podemos calificar también, como fundadas denuncias, no son propias de unos pocos países, sino que prácticamente se han generalizado. El que tiene los medios, pone las condiciones. ¡Preocupante!
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