El régimen criminal de Maduro sobrevive gracias a sus cómplices
Por Hermann Tertach
Ya se ha consumado la enésima estafa en Caracas, que si no fuera por lo sangrienta, criminal y monstruosamente dolorosa que es para la población, sería uno de los más ridículos esperpentos jamás habidos. Ayer Nicolás Maduro, dictador y pelele a un tiempo, organizó una ceremonia para mayor gloria propia y perfecta inutilidad más allá, con la que dar por inaugurado su segundo mandato como presidente de la República de Venezuela. Dice que por seis años gracias a los votos del pueblo. Él sabe que ambas cosas son mentira. En realidad, todo lo que rodea a Maduro es mentira, menos el hambre, el terror, el colapso del Estado y la agonía del pueblo. Cierta es también la demencial arbitrariedad que todo lo envenena y nada respeta. Como cierto es el dinero que ha comprado voluntades y la servidumbre inmoral e indigna de políticos extranjeros, especialmente españoles. (Lea la columna).
Más historias
Altavoz cerró con 140 citas de negocios
El nuevo rumbo del Encuentro de Occidente
Así anunció el alcalde Fico su carta a la DEA y al FBI sobre el tarimazo de Petro