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La elección del nuevo rector de la Universidad Nacional de Colombia se hizo en un Consejo Superior Express, ya que se esperaba una jornada muy compleja dadas las fuerzas que se estaban jugando en la misma.
Para un observador juicioso no cabe duda que el nombramiento ya estaba predefinido y que el Consejo Superior no pasó de ser un simple trámite. El nombramiento recayó en Dolly Montoya quien pasó a la rectoría sin despeinarse.
El Reverbero de Juan Paz tuvo información de primera mano de cómo fueron las jugadas en dicho Consejo. La sesión comenzó con la presentación de los cuatro candidatos que habían cumplido con los protocolos que avalaron sus candidaturas: Dolly Montoya Diego Hernández, Jorge Bula y Moisés Cetré.
Seguidamente se pasó a una primera votación, donde fueron eliminados los profesores Bula y Cetré, con las siguientes cifras: Cetré con 0 votos, Bula con 1 voto, Dolly Montoya con 2 votos y Diego Hernández con 3 votos. Las representación profesoral y estudiantil se abstuvieron de votar.
En una segunda votación las cifras fueron favorables a Diego Hernández quien logró 4 votos, de los representantes afines al gobierno, quedando Dolly Montoya con 2 votos en cabeza del representante de los exrectores y de la representante del Consejo académico.
Los grupos Whatsapp y las cuentas de Twitter compartían la cábala de que era más fácil cautivar uno de los votos de Dolly Montoya para lograr una votación de 5 a 1 a favor de Hernández, el “candidato de gobierno”. Al profesor Diego Hernández le fueron remitidos mensajes de felicitación, porque se acercaba su nombramiento.
Entonces se hizo un receso y el representante del Ministerio de Educación “hizo una llamada”, se supone que al Palacio de gobierno. Después de dicho receso se hizo una nueva votación y el resultado fue: 6 votos por Dolly Montoya y 0 Votos por Diego Hernández.
Varios expertos en estas elecciones universitarias le contaron a El Reverbero de Juan Paz que el gobierno “traicionó” a Diego Hernández y se fue con todo a apoyar a Dolly Montoya. Ni los miembros del equipo de trabajo de Dolly Montoya se la creían. El gobierno no hizo ningún esfuerzo por buscar un voto necesario para lograr el nombramiento de Diego Hernández.
Esto no le resta validez al nombramiento de Dolly Montoya, a quien además hay que reconocerle su trabajo político.
Los analistas consultados por El Reverbero de Juan Paz fueron tajantes en su concepto: Dolly Montoya ya era rectora antes de comenzar el Consejo Superior, y las votaciones previas fueron una distracción para dar sabor y folclor a la votación.
Los analistas no entendieron la posición del gobierno de Duque y opinaron que las votaciones fueron apenas un formalismo.
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