17 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El negacionismo siembra cizaña

Claudia Posada

Por Claudia Posada 

Entre tantas noticias cada vez más malucas, también las hay bienhechoras. Entre tantísimas dolorosas que confirman lo que se sabe, pero nos resistíamos a creer, todavía brota información que reconforta al defenderse de la maleza asfixiante, trepadora e invasiva, para dejarse ver. Así, por momentos, aparece la confianza que se volvió esquiva a las buenes nuevas. La credibilidad que entusiasma, es la misma que viene desplomándose en Colombia, fiel a los propósitos de sectores políticos que le apuestan a los engaños y ardides; maquinaciones con filigrana para que no se asome en el horizonte nebuloso, algún fruto halagüeño.

Los negacionistas siembran cizaña por el placer de ver cómo crece la incertidumbre y el miedo. El cinismo es el componente preferido para rociar el veneno que esparcen con sarcasmo en los retoños insipientes de los derechos, sin pensar que tanta confusión y falsedades sobre la plantación, nos puede devastar a todos por igual. Como las tormentas que arrasan por parejo.

Revista Cambio, con el informe Contenido Especial, publicado el 20 de junio de este año, titulado: Utopía: Apuesta educativa de Unisalle por la paz y la educación rural”, nos alegró la vibra de la esperanza. Dice a manera de entrada: “El proyecto Utopía busca la transformación social del país desde las regiones con la formación profesional de jóvenes campesinos de la Colombia profunda”. ¡Qué bien, esto sí que es novedoso! pensamos. “Desde hace 13 años en Yopal, Casanare, se abrieron las puertas del Campus Utopía de la Universidad de La Salle, un lugar que “nació como un sueño para llegar al corazón de los jóvenes campesinos de Colombia en aquellos lugares más recónditos donde la violencia y la guerra reinó y donde impidió que ellos pudieran disfrutar de una educación superior de alta calidad”, afirma Cristhian James Díaz, Vicerrector Académico de Unisalle”. Y a través de todo el informe se disponen amplios espacios para fotos bellísimas que exhiben caras resplandecientes y manos aprendices clavadas en la tierra.

Percibimos asimismo que, con emoción genuina, un grueso número de muchachos y chicas, posan sobre la grama, otros caminan entre cultivos, y, a una de aquellas futuras profesionales del campo, se le ve embelesada en un laboratorio. Vemos un aula que emana vitalidad, mientras en otra gran fotografía, se observa la infraestructura física de Unisalle, Yopal.  “Hoy el proyecto bandera de la universidad se ha configurado como un modelo alternativo de educación superior rural, una propuesta original, pionera y única para la paz, el desarrollo rural y la transformación social de Colombia. Se trata de un propósito pertinente y necesario para un país con un alto potencial agrícola que necesita la formación de ingenieros agrónomos y, conocedores de sus regiones, que regresen a ellas para aportar con sus conocimientos al desarrollo sostenible y a la seguridad alimentaria”.

Saber que existe un proyecto con miras a la transformación social desde el ámbito rural, y que está muy bien encaminado, sin miedo a los negacionistas que a todo se atraviesan, es muy reconfortante. Cambio relata los ocho factores diferenciadores con que cuenta Utopía, por lo que este centro universitario, innovador y único como Campus Universitario Rural en Colombia, se constituye en modelo de programa académico acreditado de alta calidad, enfocado a la formación de jóvenes tras una oportunidad. Es esa oportunidad la que piden en otras partes del país, pero no se les da. No hay voluntad. Esta fascinante realidad que va a modificar radicalmente las perspectivas de futuro de los jóvenes estudiantes que llegaron de distintas regiones de Colombia, es el resultado de unir en solidaridad y valores altruistas, a visionarios, filántropos, organizaciones privadas, gobierno nacional, fundaciones sociales y personas naturales del país; también cuenta con apoyo internacional. Es la voluntad, el querer, el amar de verdad a la patria desde una visión optimista, amable para con su futuro.  

Infortunadamente no podemos pensar que, por ejemplo, una reforma educativa orientada con criterios de pertinencia, a la luz de la diversidad y las vocaciones en nuestros distintos territorios, peleche. Ya sabemos lo que pasa cuando el bienestar que se pretende, no satisface las “particularidades” de los honorables congresistas.

Cambio, remate su interesante Contenido Especial, así: “Utopía aporta a la construcción de la paz, la reconciliación y la equidad a través de un modelo educativo incluyente que contribuye al desarrollo rural integral y territorial, así como logra aportar a la transformación social del país”. A propósito, es increíble que cuando aparece la palabra Paz en propuestas, frases, párrafos, intervenciones, procesos, en fin, en las buenas voluntades, a los negacionistas les da ira, urticaria, se exasperan, entran en cólera y hasta tratan de guerrillero con sotana a quien tiene tatuada en su alma la palabra Paz.