Da asco a mi edad ver recular al paÃs en la forma en que lo hizo el jueves pasado al estallar la camioneta bomba. Cuando creÃamos que con todos los inconvenientes y maluquerÃas, con todos los sapos que hubo que tragarse, habÃamos encontrado la senda de la tranquilidad para avanzar, frenamos en seco y tenemos que admitir impactados que estamos nuevamente en guerra. El bombazo tiene muchas connotaciones. Fue en la escuela donde se forman los oficiales de la PolicÃa. Fueron demasiados los muertos. Fue la primera vez que lo hace un kamikaze que se inmola con la bomba. Y, como siempre, la verdad verdadera no la alcanzaremos a conocer. En respuesta el presidente Duque simuló un minuto de silencio cuando apareció a dar parte del impacto en la puerta de la Escuela General Santander y en la noche, ante las cámaras de televisión, decretó 3 dÃas de duelo nacional. Tenemos presidente pero no para la guerra.
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