19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Jodario: Las 3 del tintero

 

Por Gustavo Alvarez Gardeazábal (foto)

Un minuto de silencio y tres días de duelo

Da asco a mi edad ver recular al país en la forma en que lo hizo el jueves pasado al estallar la camioneta bomba. Cuando creíamos que con todos los inconvenientes y maluquerías, con todos los sapos que hubo que tragarse, habíamos encontrado la senda de la tranquilidad para avanzar, frenamos en seco y tenemos que admitir impactados que estamos nuevamente en guerra. El bombazo tiene muchas connotaciones. Fue en la escuela donde se forman los oficiales de la Policía. Fueron demasiados los muertos. Fue la primera vez que lo hace un kamikaze que se inmola con la bomba. Y, como siempre, la verdad verdadera no la alcanzaremos a conocer. En respuesta el presidente Duque simuló un minuto de silencio cuando apareció a dar parte del impacto en la puerta de la Escuela General Santander y en la noche, ante las cámaras de televisión, decretó 3 días de duelo nacional. Tenemos presidente pero no para la guerra.

¿Por qué es delito llevar 34 millones en efectivo?

La policía de Caldas informó que detuvo a un ciudadano en un retén en Anserma cuando viajaba en moto desde Cartago hacia Medellín y llevaba 34 millones de pesos en efectivo. Aparentemente los policías del retén exigieron una explicación sobre el origen del dinero y como el ciudadano no las dio a satisfacción de los uniformados fue detenido y acusado no se sabe de cuál delito. Constitucionalmente la circulación del papel moneda es libre. Por determinaciones de la DIAN no es posible llevar más de 10  mil euros en efectivo al salir del país. El detenido motociclista llevaba justo esa cantidad pero en pesos y dentro de las fronteras patrias.  Quizás en algún parágrafo oculto del Código de Policía está prohibido cargar cierta suma en efectivo. No se sabe. Es Colombia.

Para quién eran las armas de Cali

Una vez más en la bodega de un vehículo abandonado en un parqueadero encuentran en Cali una caleta con armamento de alcance y precisión, llamados fusiles de asalto. Hace unos meses encontraron otro vehículo con otra cantidad de armas pero acompañadas de un par de fotografías de la gobernadora Dilliam Francisca y del exalcalde Jorge Iván Ospina. Ahora no había fotografías. No se trata de armas viejas decomisadas. Eran nuevas. Las preguntas surgen entonces: ¿quién se está armando en el Valle? ¿Será que esas eran el señuelo para desviar la atención y dejar pasar otras más? ¿Irían hacia la montaña alta de Jamundí, donde se concentran ahora los actores delincuenciales al lado de cultivos ilícitos y minería del oro?