El más veterano, Alberto Acosta Penagos, madrugó a comprar tiquete para irse de este mundo terrenal. Le siguió en el viaje a la dimensión desconocida Alberto Giraldo López. El único sobreviviente del trÃo es Antonio Pardo GarcÃa, el gran maestro por antonomasia.
LÃderes naturales en el quehacer periodÃstico, la terna maicera tenÃa varias cosas en común: su amor por la hospitalaria Bogotá, la ciudad de todos; la curiosa coincidencia de que sus nombres comenzaran por la primera letra del abecedario; una innata capacidad pedagógica, y el tesonero empeño de revolucionar los medios que pasaran por sus diestras manos de artistas de la noticia en caliente, acabada de salir del horno de la actualidad nacional. Por donde pasaban dejaban sus firmas estampadas con tinta indeleble.
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