Desgobierno en la Universidad de Medellín 

@UdeMedellin_  

Al igual que en la vida política de este país, la Universidad de Medellín vive su propio calvario en el interior de su campus.  

Desde la llegada de Federico Restrepo a la rectoría, hace más de un año, cada día se dividen más las fuerzas que históricamente han gobernado esa institución. Muestra de ello, es que a la fecha la asamblea general de delegatarios de los egresados no ha podido ponerse de acuerdo para elegir revisor fiscal, después de la reunión ordinaria en diciembre y otra hace unos cuantos días, donde la votación sigue partida por la mitad.  

A pesar de su renuncia en el año 2020, el ex rector Néstor Hincapié sigue teniendo una mayoría de apoyo entre ese grupo, lo cual le permitió regresar como consiliario para el periodo 2022 – 2024. Restrepo, que en el pasado ha atacado a su antecesor, poniendo el retrovisor en cada acción que emprende. al mejor estilo Fajardo, hoy lo tiene ocupando un puesto en el máximo organismo directivo de esa institución.  

Quienes conocen la situación, aseguran que al rector Federico no le quedará fácil tomar decisiones de alto alcance en su administración, pues los seis consiliarios elegidos en diciembre, están divididos por la mitad: tres apoyan a Restrepo y otros tres no comparten el nuevo estilo de su administración. 

Lo que si es cierto, es que el ambiente laboral en esa institución es bastante tenso. A Federico Restrepo lo consideran un hombre lejano a los empleados, no tiene contacto sino con su primera línea de mando y quien se atreve a cuestionar alguna de sus decisiones es inmediatamente despedido, como ocurrió con la abogada Stephanie Rendón Zapata, quien Salió por haber dicho en una reunión que el decano de la Facultad de Derecho, José Luis Jiménez, era un misógino pues la acosaba laboralmente por su condición sexual.  

Ante una tutela interpuesta por la docente, el juez ordenó encontrar méritos para ordenar a la Universidad de Medellín reincorporar a la profesora y protegerle todos sus derechos.  

Y lo más grave: a pesar de la alta carestía del país, los empleados de la Universidad no han podido recibir aumento salarial, pues a la administración de Federico Restrepo se le olvidó presupuestarlo para este año y ya debe ser aprobado por la actual Consiliatura.  

Y como ese organismo está dividido, en la sesión ordinaria del mes de febrero, tres consiliarios se negaron a asistir, aduciendo que fueron convocados tardíamente, por lo que no hubo quorum para tomar decisiones, entre ellas, el aumento salarial y la asignación de becas sociales. 

La mayor indignación de los empleados, se debe a que Federico Restrepo entregó a sus vicerrectores en diciembre una prima técnica de $60 millones a cada uno, pero no recordó que los demás empleados también deben ser estimulados, mucho más cuando en una reunión a finales de año, les prometió un aumento salarial del IPC, más dos puntos. La falta de palabra de Restrepo le ha restado apoyos al interior. 

Este lunes 7 de marzo, la Consiliatura deberá nuevamente reunirse para elegir los otros cinco miembros de ese organismo y al presidente, pero todo parece indicar que, hasta el momento no hay acuerdo y que seguirá presidiendo Aura Marleny Arcila, por ser la primera en la lista en orden alfabético. 

El desgobierno es total y la polarización que genera el rector Restrepo en sus entrañas, le advierte un difícil camino al futuro de esa querida institución con profundas raíces liberales.