23 septiembre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Demolerán la Universidad de Medellín?

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Jorge Alberto Velasquez Pelaez

Por Jorge Alberto Velásquez Peláez

Un amigo me llamó muy ofuscado, preguntándome: ¿cómo es posible que a ese prepotente amigo y exjefe tuyo, lo hayan nombrado rector de una universidad? 

Este país está jodido. Y yo le respondí, obviamente muy sorprendido como estaba por el inusitado reclamo, que Pedro Juan González es un berraco, un hombre maravilloso, honesto, capaz, muy inteligente, y brillante, y que está en La Universidad de La Salle, no solo por todas esas aptitudes, sino también por sus antecedentes en múltiples actividades económicas e intelectuales, y, como si fuera poco, porque además ya había sido rector con excelente desempeño, de otra universidad. Le resumí brevemente, durante apenas treinta minutos, la hoja de vida de mi buen amigo, tras lo cual, el enfurecido otro amigo, me dijo que yo le había comprendido mal, pues él se refería a Federico Restrepo Posada, rector de la Universidad de Medellín, quien efectivamente fue compañero mío, nunca amigo, en el Colegio Calasanz, pero sí, lamentablemente, uno de mis jefes en la Comisión Tripartita de Antioquia, curiosamente al lado de Pedro Juan.  

Pero qué oportuna fue la llamada del enfurecido amigo, pues en estos últimos días a Restrepo lo resucitaron para la opinión pública respecto a sus actuaciones, no las relacionadas con la universidad de la cual, para infortunio de la educación nacional, es ahora rector, sino a las anteriores, como por ejemplo, según dijo El Reverbero de Juan Paz el día sábado, a la quiebra de la empresa Integral, cuando allí actuó como su presidente.  

Pues yo quiero aportar un poco a la discusión, sin saber si en realidad algo se está discutiendo. Para empezar, cuando hice parte de la Comisión Tripartita, Restrepo, coincido con lo de su prepotencia como persona. Era secretario de Planeación Municipal, y fue denunciado por el entonces director del Área Metropolitana, el gran Sergio Bustamante, otro berraco, por dirigir muchos de los contratos de esa entidad hacia la compañía Integral, y no solo lo denunció ante todas las «ías» (Contraloría, Procuraduría, y Fiscalía), sino que además renunció porque el alcalde Fajardo, gran amigo de su tocayo, optó por apoyar al ingeniero calasancio, y no a la honestidad del gerente metropolitano.  

Tengo todavía en mi poder toda la documentación relacionada con la denuncia del doctor Bustamente, aunque advierto que no hubo fallo en contra de los acusados, el secretario de Planeación Municipal, y el alcalde de Medellín.   

Luego Restrepo, después de haber sido gerente de EPM, donde, según El Reverbero de Juan Paz benefició a su querida Integral, fue funcionario de la gobernación de Sergio Fajardo, y fungió, qué casualidad, como gerente del Plan INTEGRAL para Urabá, cuyo objetivo era convertir esa bella región en algo parecido a Irlanda, una nueva región para sorpresa de la Aldea Global.  

Es probable que existan muchas placas en su honor y que Naciones Unidas le haya erigido un busto, y que esa bella región urabeña haya logrado el desarrollo esperado gracias a la brillante gestión del funcionario en mención, pero mi ignorancia y lamentable desactualización de ahora, me impiden reconocerlo, y en justicia, colocar a tan eficiente funcionario en el pedestal que quizás se merece.  

Pero me asalta una inquietud ahora con el embargo reciente que se produjo en contra de Integral, —la firma de Federico, que éste lleva a todas partes como si fuera su maletín—, de parte de la Contraloría General de la Republica, por su actuación en el lio de Hidroituango. Una forma de recuperar a esa compañía económicamente seria con algo parecido a lo que hizo mi excompañero de bachillerato cuando tuvo poder en el Área Metropolitana, y sería, por ejemplo, —idea descabellada por la cual asumo toda la responsabilidad— demoliendo la Universidad de Medellín donde es rector el doctor Restrepo, para concederle luego buena parte de las obras de reconstrucción a la empresa Integral.  

Si acaso ello no fuera posible, hay miles de ingenieros de la compañía que podrían ser profesores de cátedra de materias como derecho comercial, investigación de mercados, gastronomía, ciencias sociales, filosofía, o glamour. Para todos hay puestos, Incluso para Federico, como rector, quien tiene el gran compromiso de impedir que su Universidad caiga por debajo de la poco honrosa posición número 23 que tiene en el ranking de las principales universidades colombianas.  

Y termino diciendo, que cuando Sergio Fajardo sea presidente, Federico será ministro de infraestructura o de educación, o por qué no, de cultura, pues es un brillante músico. Pero algo será, perdón, algo serán (Él e Integral) incluso, aunque gane Petro.