19 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica del encuentro con alias “Camilo”: el jefe del clan del oriente

Por Oscar Castaño

Llegué a la entrevista con las prevenciones propias del periodista que lo visibilizó por meses, y además denunció las atrocidades que padecían, por sus acciones delincuenciales, las comunidades de la Zona Páramos y el Nororiente de Caldas. Específicamente los municipios de Argelia, Nariño, en Antioquia y Pensilvania, Florencia en Caldas.

Pero también llegué con el convencimiento que el periodista debe escudriñar la verdad que hay detrás del rumor o los comunicados de prensa oficiales, y con profunda ética y corriendo todos los riesgos, hablar con la fuente que puede resolver las dudas.

No lo conocía, solo lo había visto, a él y a «Chatarra», en las fotos que hice públicas en ese primer artículo que destapó la caja de pandora de la pesadilla que vivían comerciantes y campesinos, las mismas fotos que usaron todos los Medios de Comunicación, y hasta las autoridades, para ofrecer recompensa por información que diera con su paradero.

Después él mismo me envió una foto, a través de un mensaje de WhatsApp a través de otra persona, en la que estaba camuflado y con un fusil de uso privativo de las Fuerzas Militares, tomada en alguna de las vías donde frecuentemente hacían retenes ilegales; con un mensaje que decía: «Dígale al periodista que cambie esa foto que ya está muy viejita». Entendí esa foto como una demostración de poder y una amenaza vedada para mí y mi trabajo.

Después me enteré, por un informe oficial de inteligencia, que: «Una fuente humana había informado que existía una orden de asesinato en contra mía». Lo que puse en conocimiento de las autoridades, pero no hago público sino hasta este momento.

Al verlo bajarse del camión que lo transportaba, custodiado por muchos hombres, se me vino a la memoria los muchos mensajes que recibí de transportadores, comerciantes y campesinos contándome las amenazas que recibían y pidiéndome que no los dejara solos ante las intimidaciones que padecían, algunas que se volvieron reales con el asesinato de varias personas.

«Si usted no hace esas publicaciones que hizo, nosotros no nos hubiéramos movido como lo tuvimos que hacer», me dijo hace algunas semanas un Alto Oficial del Batallón Juan del Corral al recibir una condecoración en el Municipio de Argelia de María.

Y así fue, mis artículos recibieron la atención de varios Medios de Comunicación Regionales y Nacionales y lograron, después del cierre total de Argelia y Nariño por todo un fin de semana a través de un mensaje de WhatsApp del mismo «Camilo», la presencia del Gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, que pernotó esa noche para darle tranquilidad a las comunidades y, por supuesto, el Consejo Nacional de Seguridad en Sonsón, presidido por el Ministro de Defensa Iván Velásquez, que volvió a alias «Camilo» y a sus hombres objetivos de alto valor operacional para las autoridades.

Hasta que el Gaula Militar, al mando del Mayor Bonilla, lo capturó en el Municipio de San Rafael donde esperaba un cargamento de armas con las cuales recompondría su grupo ilegal y continuaría delinquiendo. Todos recordamos sus palabras y que fue noticia nacional: «Usted ya sabe lo que estamos haciendo. De todas maneras, ya perdimos». 

«Como estás Camilo», fue mi saludo al acercarse a donde yo estaba sentado.  La respuesta no se dejó esperar: «Un poco enfermo, tengo una hernia inguinal que deben operar muy rápido», y continuo: «Usted hizo el trabajo que le correspondía como periodista y eso lo entiendo». Esas primeras palabras de Alias «Camilo» me tranquilizaron un poco en la prevención que tenía de este encuentro.

«¿Camilo usted hizo todo lo que se le está endilgando? ¿Todo por lo que se le acusa?». Fue mi primera pregunta después del saludo inicial. «No, periodista, a mí me acusan de muchos hechos en lo que no tuve nada que ver. Se que cometí muchos errores, pero hubo otras personas que aprovecharon mi nombre para amenazar y extorsionar a mucha gente. Es más, yo entregué la zona hace meses, me había ido hace meses y sin embargo a muchos comerciantes los seguían extorsionando en nombre mío”.

La entrevista debía hacerla en muy pocos minutos y por eso hice las preguntas que consideraba pertinentes, antes de que se lo llevaran para su celda nuevamente.

«¿Usted mató y desapareció a dos personas que llegaron en una camioneta a Puente Linda después de la captura de «Chatarra» ?, pregunta necesaria por los rumores que había recibido de parte de los pobladores de ese caserío en límites entre Antioquia y Caldas. «No fui yo, la gente vio quienes fueron, pero les da miedo contar la verdad, lo mismo del muerto en Morro Azul y por lo cual mataron hace poco al «Mocho» en Argelia». Fue la respuesta de «Camilo».

Por supuesto que había una última pregunta, necesaria, impostergable, para hacerle a «Camilo», cuyo verdadero nombre es Carlos Alberto Herrera Arcila: «¿Recibió usted o sus hombres ayuda de las autoridades?». La respuesta no se dejó esperar: «Periodista, yo voy a hacer un preacuerdo con la Fiscalía. Lo único que puedo decirle en este momento es que, desde el alcalde para abajo en Nariño, tienen que estar temblando». 

Así concluyó este encuentro, esta entrevista exclusiva. Ahora Alias «Camilo», ya en la Cárcel de Girón, tendrá que enfrentarse a una larga condena por haber hecho de la guerra su forma de vida.