12 mayo, 2024

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Crónica # 664 del maestro Gardeazábal: nadie cree en milagros ni suicidios

Gardeazabal

@eljodario

Es de tal magnitud el descrédito de la palabra oficial, que juguetea con la verdad y la mentira, la exageración y la deformación de los episodios, que son muy pocos los colombianos que hoy martes 13 de junio creen en lo que comunique el presidente Petro y sus alfiles, quienes más parece bufones de la corte cuando no esbirros stalinistas de un régimen trastocado.

El día que después de 40 noches seguidas los soldados y los indios del Putumayo encontraron los 4 niños sobrevivientes del accidente, macilentos, desnutridos y más con cara de fantasmas que de rehenes mal tenidos, fueron millones los colombianos que se apresuraron a decir que los del ELN los habían devuelto como resultado del pacto de tregua firmado ese mediodía en La Habana. Ni siquiera oyendo las versiones encontradas del padre de los niños y del abuelo sobre la muerte de la mamá de las criaturas, el país le concede mérito a la información oficial y continúa repitiendo que ahí no hubo milagro sino un canje por la tregua. Pero tampoco el país le cree al presidente Petro y sus adláteres sobre el suicidio del coronel de la policía encargado del cubículo en el edificio de la Dian donde realizaban espionajes para la casa presidencial.

La gran mayoría de colombianos que no salen del soroche generado por Benedetti, la jefe del gabinete y las revelaciones tremebundas sobre la camarilla de gobierno que nos conduce, están convencidos que al coronel lo suicidaron, no que se disparó con el arma de su escolta. Y así como cada día se le cree más a Benedetti, cada día que pasa el país especula más sobre lo que sabría el coronel que suicidaron.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.

El panorama, entonces, no puede ser peor este 13 de junio, cuando se cumplen 70 años exactos del día en que sufrimos un golpe de estado de verdad, el de Rojas Pinilla, no uno blando, como le ha dado al presidente por llamar a sus autoequivocaciones que tanto daño y descrédito le hacen a su gestión, gestión cargada de odio en cada palabra que pronuncia.