@eljodario
Pedir un criterio objetivo sobre la situación que vive Antioquia acumulando sus hirsutas circunstancias no es fácil.
Como muchas de las angustias o fracasos vividos últimamente pueden ser clasificados en provocados, fortuitos o equivocaciones, los analistas tienden a escapar de globalizarlos para evitar tener que hablar de la posibilidad de que por primera vez en su historia Antioquia esté cerca de aparecer como vencida.
El lÃo de Hidroituango, que para no ser llamado fracaso va a terminar siendo costosÃsimo y por ende muy poco rentable. El derrumbe de la mancomunidad mantenida con éxito por muchas décadas entre la clase empresarial, la polÃtica y el manejo del estado que llevó hasta dejar conocer los calzoncillos de EPM y convencernos de la vecindad entre el paisa cañero y aguardientero con los éxitos que dijeron haber conseguido. El despiporre de los tres candidatos presidenciales, Pérez, Fajardo y Fico, que Antioquia presentó a consideración del paÃs para quizás rememorar la inolvidable aparición primigenia de Uribe. El desprestigio en que en menos de un cuarto de siglo cayó el propio Uribe frente sus electores, ante quienes se vieron beneficiados con su gestión gubernamental y ante los cada vez más crecientes compatriotas que le endilgan ser su victimario.
La batalla con los Gillinsky del otrora intocable e impoluto GEA, Grupo Empresarial Antioqueño, que ha permitido revelar a la opinión pública sus defectos, ocultando bajo sospechas los éxitos y logros alcanzados con ese esquema de enrocamiento entre ellos, hasta el punto de llegarse a conocer el tráfico de bonificaciones y primas recibidas por sus administradores. Y, aunque apenas lo están sufriendo, el chasco que se han llevado con el alcalde que eligieron para MedellÃn, empeñado desde el primer dÃa en alzarle la bata a los poderosos que manejaron la tierra de mis mayores para que el resto del paÃs les viéramos los calzones rotos a MedellÃn y a Antioquia.
Todo ello, y puntualmente una sensación generalizada en que la avaricia y la terquedad parecen ser los blasones de lo que fue la epopeya paisa, de las que descendemos muchos colombianos en otras orillas del paÃs, hacen ver a Antioquia muy empantanada hoy dÃa. Pero como allà siempre hubo un Juan del Corral o un Pedro Justo BerrÃo o un Tomás Carrasquilla. Como hemos visto morir a Coltejer, pero resucitar increÃblemente a Fabricato. Como hemos visto hundirse a MedellÃn entre mafias, combos y escobares y volver a seguir navegando, creo que a todos nos queda la esperanza de que Antioquia salga de esta mala racha y no se declare vencida.
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Alguien, que no sea la Virgen de los Sicarios de Sabaneta, debe aparecer para sacarla del berenjenal donde se ha enredado.
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