Parece sacado de una pelÃcula de terror. Son las armas usadas por la Rusia leninista en su invasión a Ucrania. Tienen la caracterÃstica de que absorben oxÃgeno del aire circundante para generar una explosión de alta temperatura. Algunos las llaman bomba de aerosol o explosivo de aire combustible.
Se conocen hace rato y ya las habÃan usado en Afganistán cuando querÃan sacar a los talibanes de las cuevas. Es un arma de dos etapas. La primera distribuye un aerosol muy fino, desde un combustible a base de carbono hasta diminutas partÃculas de metal. Una segunda carga enciende esa nube, creando una bola de fuego, una enorme onda de choque y un vacÃo a medida que absorbe todo el oxÃgeno circundante. La onda expansiva puede durar mucho más que un explosivo convencional y, horror de horrores, es capaz de vaporizar cuerpos humanos.
Se cree que Rusia pueda estarlas usando para destruir barricadas defensivas de los ucranianos. Algunas fotos las muestran recorriendo los caminos de Ucrania. Son baterÃas múltiples de tamaño mediano y lanzadas tierra a tierra. Las hay mucho más grandes y lanzadas desde el aire como las que usaron gringos y rusos en Afganistán.
Con ellas no se puede destruir un tanque blindado, pero disparadas contra una edificación, un bloque de apartamentos o una trinchera de concreto sus efectos son crueles y despiadados, ¡horribles! Crean un vacÃo total contra lo que son lanzadas y succionan todo el aire, comenzando por el que guardan en los pulmones quienes están tras la edificación o la trinchera y termina desintegrándoles.
Lo peor es que las termobáricas no son armas ilegales pero los rusos las han mejorado desde sus buenos resultados en Chechenia: No importó que Human Right Watch las denunciara en su momento.
En otras palabras, estamos en presencia no de uno más de los actos de crueldad que permite toda guerra sino en los prolegómenos de la guerra total que el leninista mandatario ruso está en condiciones de ir haciendo crecer.

Como tal, si los rusos de Putin son capaces de librar la guerra con termobáricas contra grandes concentraciones urbanas, nada les importarÃa permitirle al remedo moderno del zar moscovita que hundiera el botón nuclear y se diera paso al holocausto con sus casi 7.000 ojivas que tiene almacenadas y atentara contra cualquier paÃs que no se preste a quedarse callado o les ayude a la OTAN o les haya apretado con sus sanciones económicas, asà se llame Suiza.
Estamos viendo entonces venirse arriba al horror. Su vanguardia galopa en las asesinas termobáricas.
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