19 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 267 del maestro Gardeazabal: No nos hemos dado cuenta

@eljodario 

Aun cuando en Colombia han sido muy pocos los que se han atrevido a mencionarlo, la verdad es que la crisis mundial de microchips y contenedores lo han estado sufriendo ya determinados grupos de compatriotas. 

Los que acostumbran pedir online chucherías a la China y a Estados Unidos, ya lo notaron. Lo que antes llegaba en días ahora se demora hasta 4 o  6 semanas. Y la minoría que le gusta renovar vehículos al menos cada par de años también, los precios han subido y las existencias ya no son tan variadas. Esos son ramalazos de la escasez global de contenedores y de la reducción en la fabricación de semiconductores, lo que ocasionó una escasez crítica de microchips que tiene en jaque la producción automotriz mundial. 

Las explicaciones son variadas hasta razonables, pero todas llevan a responsabilizar a la China y al Covid como los promotores directos o indirectos de la escasez.  

La creciente demanda de productos provenientes de China, ha colapsado el mercado marítimo mundial, congestionando los puertos y retrasando los envíos.  

El hecho de que en el 2020 el tráfico de mercancías en contenedores entre Estados Unidos y China haya bajado un 16% y en cambio el de China a USA haya aumentado 14 % en el mismo lapso genera una parálisis del 30 % de los contenedores vacíos porque los barcos no acostumbran regresar sino con ellos llenos. 

A eso se unen factores circunstanciales que se pasan como rosario o caen cual fichas de dominó, por ejemplo, puertos chinos cerrados o en reparación o puertos norteamericanos con buques haciendo colas por semanas para poderlos recibir. 

Con los microchips el asunto es más atribuible a la pandemia y a los otros chinos, los de Taiwan, que son los grandes productores de semiconductores pero ha puesto en jaque la producción automotriz mundial. 

El Covid llevó a confinamientos, encierros y modificaciones del orden de vida. Por ende se impulsaron las ventas de computadores y otros dispositivos para poder trabajar en casa o usar el tiempo libre y se disminuyeron las fabricaciones de semiconductores y de microchips para automóviles por elementales razones de beneficio económico. En otras palabras es el nuevo orden mundial, la dictadura del mercado y la dependencia del mundo a la China y sus productos  y, por supuesto, a su garosidad en comprar de todo y en todo el mundo lo que ha ocasionado este colapso. Aquí, afortunadamente, no nos hemos dado cuenta.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.