3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: ¿Puede un domingo caer lunes?

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez 

Para hoy 25 de diciembre es bueno una lectura suave, alejada de lo pesado que resulta un análisis de alguna de las situaciones que se padecen en nuestra patria. 

Los invito a leer la siguiente anécdota, que relato en mi libro “Mijo, levántese que llegó Belisario” que me acaba de publicar el Fondo Editorial de UNAULA. 

Saúl Londoño Pineda era un paisa de pura cepa. Vivió desde niño en Uramita, un bello municipio antioqueño. Allí, aún de avanzada edad, le sacaba a una parcela de su propiedad el pan vivir y en ella permaneció desde tiempos lejanos. Saúl era un citadino que optó por la vida de campo desde que era joven y con ello se alejó de cualquier posibilidad de cultivarse en actividades diferentes. Inteligente, oportuno, buen contertulio, aguardientero y guasón. 

Saúl, generalmente, solía frecuentar los fines de semana el área urbana de su municipio; de lunes a viernes permanecía en su finca sacándole el sustento a la tierra y esos fines de semana los ocupaba nuestro personaje en vender los productos de su tierra, aprovisionarse de lo necesario para su vida campestre y tratar de agotar las existencias de aguardiente en bares y cantinas. 

Un sábado cualquiera, en las horas de la tarde, Saúl se topó con Domingo Ramírez, su amigo de siempre, y su ocasional compañero de libaciones, a quien invitó a un cafetín cercano al tempo de la localidad. Departieron inicialmente al calor de un café y luego se apuran el primer trago. A este siguieron varios y, ya a la media noche decidieron visitar un bar en las afueras del pueblo donde, amén de licor, encontrarían alimentación y dormida. Al amanecer del domingo siguiente los personajes de la historia lograron dormir un poco, pero se levantaron temprano y continuaron con el consumo de licor. Entre dormida en la mesa de la cantina y libaciones, a Saúl y a Domingo los cogió el lunes, que, por lo demás, era festivo. Muy alicorados, con varios trasnochos a cuesta, los dos decidieron iniciar una discusión que, en concepto de los demás presentes, no pasaba de ser “pelea de borrachos”. 

Inesperadamente nuestras dos figuras se pusieron de pie, tambaleantes por efectos de tres días de licor y se manotearon sin mucha fuerza. En el forcejeo, Saúl logró lanzar al piso a Ramírez, quien cayó aparatosamente y quedó allí cuan largo era. Saúl, inmediatamente, se paró frente al caído y, guasonamente, lanzó la frase: “¡Hijueputa! Primer domingo que cae lunes”. Genial apunte que retrata al personaje. 

NOTÍCULA. A mis amables lectores les deseo un año 2022 lleno de triunfos y satisfacciones. Igualmente, la patria y el planeta, requieren de un año mucho mejor.