Contracorriente: Las ausencias de Petro 

Por Ramón Elejalde Arbeláez (foto) 

Indudablemente que las ausencias del presidente Gustavo Petro Urrego de algunos eventos oficiales, visitas anunciadas y reuniones programadas, han sido un factor creador de rumores que en nada benefician la imagen presidencial. Se hace necesario que el presidente organice su agenda, la acomode a su ritmo de trabajo y la cumpla en un altísimo porcentaje. Seguramente se presentarán eventos que requieren suspender otros ya programados, pero esa debe ser la excepción. 

No se puede ocultar que las continuas ausencias presidenciales en certámenes ya anunciados, le están dando un sustento increíble a los opositores al gobierno que no pierden oportunidad para cuestionar estas acciones y además para adobarlas con suposiciones malévolas que van calando injustamente en la opinión pública. Esto, en el lenguaje popular, se llama dar papaya y ese es un lujo que no se puede dar un presidente que tiene al frente una oposición feroz, tan feroz como él la ejerció antaño.  

Puede ser un punto menor entre todas las cosas que implican el ejercicio del poder, puede ser un tema secundario frente a las grandes reformas que propone el Gobierno, pero es algo muy sensible que no debe soslayarse. Siendo un tema menor, la presidencia debe organizarse, corregir yerros y procurar que el presidente efectúe la agenda comprometida. Cumplir compromisos ya adquiridos, es de buena educación y de respeto por el otro y en eso el presidente debe ser severo con él mismo y con su equipo de gobierno. 

Algunos opositores han aprovechado esta falencia presidencial, para crear en torno a la misma, una serie de historias y chismorreos que se hace indispensable combatir con rigurosa disciplina de asistencia a los lugares donde se prometió estar. Seguir actuando como hasta ahora se ha venido haciendo, terminará por crear mantos de duda en torno a la figura de Gustavo Petro. Definitivamente, eso no le favorece. 

NOTÍCULA. Qué agresiva y violenta se ha vuelto la campaña electoral por la alcaldía de Medellín y la gobernación de Antioquia. Más parecen eventos propios de una gallera. El incidente entre el alcalde de Medellín y un concejal del Centro Democrático, fuera de deplorable, es sintomático de la polarización ciudadana. Algunas vallas que han venido apareciendo últimamente en la ciudad, son igualmente patéticos ejemplos de la pugnacidad del certamen, que debería ser de ideas y propuestas y no de embestidas violentas contra el oponente. Los videos, los montajes, las descalificaciones y las falsedades que salen de algunas campañas a la gobernación de Antioquia, son igualmente repudiables. Palpo a varios sectores de la opinión pública cuestionando este tipo de campañas y todas las conjeturas hacen suponer que provienen de dos conocidos candidatos que parecieran suplir su falta de propuestas, con la ofensa y la mentira. 

¿Será mucho pedirles a quienes aspiran a obtener el voto ciudadano que nos ilustren más con sus propuestas y que nos muestren menos sus falencias como seres humanos?