24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: La mentira, la desinformación y la manipulación campean

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez

La oposición al gobierno de Gustavo Petro que le han declarado casi todos los grandes medios de comunicación los ha llevado a un grado extremo de pasión, que obviamente conlleva a que la desinformación, la manipulación y la mentira sea el pan de cada día en materia de información político-administrativa.

El primer error que cometen estos grandes medios es tomar partido en la lucha partidista por el poder. Convertirse en abanderados de la oposición, les resta credibilidad, la misma que también perderían si fueran los portaestandrtes de cualquier gobierno. La opinión pública espera siempre que los medios presenten una información objetiva y veraz y le entreguen a sus informados la versión de los grupos enfrentados ideológicamente, sin tomar partido. Todo lo contrario de lo que hoy hacen en forma descarada y abusiva con el oyente, el lector o el televidente.

Otro error es acudir a la desinformación, a poner en boca del gobernante cosas que jamás ha dicho o simplemente engañar al ciudadano con fake news (noticia falsa o falseada). Eso lleva a quienes están comprometidos con este periodismo rastrero a perder credibilidad, credibilidad que seguramente habían ganado con años de trabajo responsable. Ante una información de RCN radio donde afirmaban que “Académicos mostraron preocupación tras la ratificación del gobierno de suspender explotaciones de hidrocarburos” el presidente Gustavo Petro se vio precisado a publicar un Twitter desmintiendo el dicho de ese noticiero. Afirmó Petro: “¿Alguno de ustedes ha escuchado alguna entrevista mía o de la ministra de Energía donde digamos que vamos a suspender la explotación de hidrocarburos? ¿Así es el grado de la mentira?” Otro ejemplo sería la respuesta que el presidente le dio a una información del periódico El Colombiano sobre la entrega de una finca de Carlos Castaño a cincuenta familias campesinas: “Esto es mentira. Los campesinos están en la hacienda Támesis”. Puedo citar muchos ejemplos más. Con tan contundentes respuestas nos queda a los ciudadanos la sensación de unos medios dispuestos a lo que sea, con tal de atacar al gobierno de Gustavo Petro.

Mi experiencia personal: Siempre y desde hace muchísimos años, fui un radio oyente permanente de Caracol, con escapadas para escuchar los medios locales de César Pérez, Javier Velásquez y Fernando Vera. Escuchaba noticias en la mañana, al medio día y en la tarde era asiduo de La Luciérnaga, las noticias, Hora Veinte y el Alargue. El VBar, los oía cundo mis labores me lo permitían. Las noticias de las mañanas las compartía entre Gustavo Gómez y Julio Sánchez Cristo, en el fondo ambos del mismo medio. Hoy solamente escucho, cuando mis labores me lo permiten, el VBar Caracol de Diego Rueda y El Alargue de Steven Arce, noticieros deportivos que no se han dejado permear de la politiquería como si lo está haciendo César Augusto Londoño, hoy vocero oficioso de la oposición. Me preguntará usted amable lector por la forma como me estoy informando de lo que sucede en Colombia y el mundo y le respondo que lo hago por medio de las redes sociales. Allí puede que existan insultos y maltratos, pero también usted puede recibir las distintas versiones que sobre un hecho existe. Allí puede usted formarse un criterio objetivo de la situación.

Cuando el periodista tiene que complacer al dueño del medio y no a la verdad y a los usuarios, está violentando su propia ética profesional. Cuando el periodista toma partido en una confrontación política la objetividad desaparece y la manipulación florece.

Con razón se marchitan estos grandes medios.