17 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: ¿Federalismo o fortalecimiento de municipios? 

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez 

La Constitución de 1991 tuvo como característica esencial, en materia territorial, fortalecer a los municipios y convertir a los departamentos en meros intermediarios entre la nación y los municipios, estos últimos consagrados como la célula básica de la organización territorial de Colombia.

La idea inicial de esa norma constitucional era transferirles recursos y funciones a los municipios en forma progresiva hasta entregarles responsabilidades fiscales, administrativas, económicas, políticas y sociales suficientes para que tuvieran vida propia y no dependieran del doble centralismo asfixiante a que tradicionalmente han vivido sometidos: al de la capital de su departamento y al de la capital de la República. Actos Legislativos que promovieron gobiernos posteriores a la expedición de la Constitución, dieron al traste con la idea de nuestros constituyentes.  

Hoy el Gobernador promueve un referendo reformatorio de la Constitución, ¡tamaña empresa! Para fortalecer fiscalmente a los departamentos, sin que aun precise si busca más plata, más funciones, descentralización o federalismo. Lo cierto es que ya le dio organización administrativa a la propuesta y ha designado un flamante gerente a su vaga idea. Digo vaga idea pues los colombianos no conocemos el texto real de su proyecto. 

Me temo que estamos transitando, con la idea del doctor Andrés Julián Rendón, hacia treinta y dos (32) focos centralistas, que serán las capitales de los departamentos colombianos. Es decir que dejaríamos de tener un Estado centralizado, con un solo centro de poder, para contar con treinta y dos capitales centralistas y absorbentes, capitales de regiones macrocefálicas, grandes, ampulosas, poderosas y dejaríamos por fuera del reparto de recursos a más de mil municipios que seguirían siendo la parte raquítica y olvidada de la organización territorial, dedicados a lo que llamó Gilberto Echeverri Mejía la “rodillología” hacia la capital de su departamento y ya no para Bogotá. 

El municipio es no solamente la célula original de la organización del Estado, sino la célula básica de la misma, es una entidad territorial que es necesario fortalecer. Es a esa a la que se le deben traspasar recursos y funciones, que no tienen razón de seguir concentrados en Bogotá o delegarse en capitales de departamentos, igualmente centralistas, politiqueros y corruptos en muchos casos. Colombia no necesita que por arte de magia o de birlibirloque transformemos una Bogotá en treinta y dos “bogotás”.  

Quisiera termina con una suspicacia que me surge: ¿Qué tiene que ver la idea que denuncia el periodista Ignacio Mejía Duque, no desmentida hasta ahora por nadie, de que en la gobernación de Antioquia planean lanzar dos listas para Senado de la República y otras tantas para la Cámara de Representantes, con la propuesta fiscal que viene promoviendo, con todo e infraestructura administrativa, el gobernador Rendón?