4 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Carmen Vásquez, periodista de alma y nervio

Si algo ha caracterizado a Carmen Vásquez, es la pasión y el amor con que ha ejercido el periodismo. Porque lo respira por la piel.

Desde que llegó al periódico El Mundo, Carmen demostró que llevaba su profesión en el alma y que tenía nervio para desempeñarlo con entrega y sacrificio, sin importarle el día y la hora.

Carmen supo en el desempeño de su brillante carrera, imponerle a su trabajo periodístico su sello propio, en el cubrimiento de los temas sociales, y en especial a un proyecto que siempre fue bandera en el periódico El Mundo, Mundo Cocina, hasta el punto que fue copiado por otros medios locales y nacionales.

El premio mayor que le acaba de otorgar El Club de la Prensa, a toda una Vida y Obra, es el mejor y más acertado reconocimiento a una mujer que ha dignificado la profesión del periodismo con honor y orgullo, con el inclaudicable apoyo de su inseparable esposo Raúl Díaz

Pero para entender mejor a Carmen, esta periodista de alma y nervio, mejor leer las palabras que pronunció en la entrega de su premio a toda una Vida y Obra:

Mis palabras a un premio 

Gracias… Gracias señor alcalde Federico Gutiérrez. 

GRACIAS… querida Berenice presidente Club de la Prensa. 

Miembros de la junta del Club – Todos colegas mios – 

compañeros de pupitre – invitados especiales… 

Soy una mujer muy afortunada… Nacida y criada entre el rio y el mar, donde solo existe el sonido del viento y la tranquilidad de las aguas. 

Millonaria en afectos, en el respeto, los valores y el amor de unos padres tan distintos como el día y la noche. 

El… un paisa de marinilla, carriel, escapulario, navaja y dados, libros, periódicos y música clásica 

Ella… hermosa, serena, silenciosa como las mujeres de Mompox, costurera y cocinera, de gaita y tambora. 

El… periódico o libro en mano, ponía su tocadisco a escuchar la voz de María Anderson, su lírica en la serenata de Schubert, mecedora de mimbre y cargar a la niña tetero en mano… “papi léeme duro”: estas fueron mis primeros momentos de periodismo… mi mente volaba. 

El tiempo pasa y hay mucho que aprender. 

Llegar a la facultad de humanidades y comunicaciones, fueron cinco años de caminar y tecletear… Años maravillosos, duras prácticas en todas las áreas. 

Mi universidad, la de monseñor Félix Henao Botero, mi UPB.  El, con su sotana color semana santa y mil botones de arriba abajo, llegaba cargado de mangos y yo le decía: “monseñor, venda esos mangos y tráiganos máquinas de escribir”… con su voz ronca de fumar los dandy me decía…”esta costeña”. 

Nunca he dejado de ser del rio y del mar… 

Nunca aprendí a decirle a los hombres “pispos”… para mí los hombres bellos, son bellos y punto. 

Igual…para mi ser mujer es ser libre, nunca he tenido banderas feministas, las mujeres somos libres desde que nacimos… tanto así que Eva fue la de la iniciativa por ella estamos aquí sentados… por Adán seguiríamos de rama en rama. 

Desde niña me gustaba escuchar y contar historias. Escribir, leer, soñar. Caminar el mundo.  

Fue así que de vuelta al hogar dejé padres, casa y amores y aquí vine a trabajar. 

Y más afortunada todavía al llegar a tener de jefe a un gran señor… Fabio Rico Calle, hombre con don de mando y al dr. Francisco Eladio Gómez quien me dijo un día: “nunca suelte la libreta de trabajo, apunte todo”.

Les cuento algo… las tengo coleccionadas todas.  

Trabajé bajo sus sombrillas de aroma de café en mercadeo y publicidad.  

Con el llamado del dr. Alvaro Uribe para ser directora de Fomento y Turismo, pude por primera vez llevar un grupo de silleteros a conocer el mar de Cartagena, no se lo creían. 

Un encuentro con el que fuera mi profesor, maestro y amigo, Darío Arizmendi, terminó en visita y contrato en el periódico El mundo… qué dicha… 36 años de dicha…volvería a decir que sí… El solo aroma de la tinta en el papel excita. 

Fue un corre, corre inolvidable. No importaban los trasnochos, no importaba el no comer, no importaba el cansancio… Los solos 25 años de cubrimiento del reinado de belleza me dan para escribir un libro de maravillosos secretos… pero aquí está el detalle… sé guardar secretos… 

Y entre el periódico y el micrófono el periodismo exige lo mismo. Sigo el legado de sentir y escribir. 

Creo en mi Dios, tengo una gran devoción por la Santísima Virgen, no me da pena caminar de rosario en mano. Tengo palabras que me llegan al alma: amor, dualidad, muerte, amistad. Me fascinan los rituales. 

Creo que la base de la comunicación es la familia. 

Amo a los niños, amo el silencio, amo esta ciudad de Medellín y estoy totalmente de acuerdo con el alcalde… 

todos tenemos que poner de nuestra parte… 

El periodismo, el tan cuestionado periodismo de hoy día es el mismo. no ha cambiado… somos nosotros los que no hacemos buen periodismo… La verdad, la ética y el respeto son la base y nosotros lo hemos olvidado. La virtualidad nos enreda, la ligereza nos atropella. La responsabilidad es nuestra. 

Este premio no es mío… es de ustedes… de estos chicos que cada día se esfuerzan por hacer la alianza en el periodismo y la comunicación y que hoy también han tenido su reconocimiento: Jairo Alonso López, Javier Rodríguez, Yasmín Parra, Gustavo Castaño y Santiago Garcés, Sebastián Giraldo e Ian Schanaida. 

Todos ustedes, amigos, colegas, dignatarios, empresarios, son los que han hecho posible que del lápiz, a la máquina de escribir, al computador y ahora a la virtualidad… siga escribiendo mi periodismo, oficio y pasión hasta que el señor me llame. 

Gracias… por escucharme.