2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Cantos de sirenas

Por Horacio Toro 

Llegó a Colombia el gobierno de la izquierda, el del M-19, el de la Colombia Humana, el del Pacto Histórico, el de vivir sabroso y la verdad sea dicha, muchos, propios y extraños, nacionales y extranjeros estamos escépticos de sus bondades. Sabemos que hay que darle tiempo, pero, es lo que menos abunda por estos días. 

Los más impacientes, ya emprendieron la huida, la fuga de capitales es un hecho y lo peor es que no para ya que otros se están alistando para partir. El argumento es que es preferible perder mil pesos por el cambio del dólar dejando la plata afuera, que perder cuatro mil si se deja el dinero en Colombia. 

El gobierno Petro se está especializando en dar anuncios de propuestas que suenan grandiosas, pero que no resisten un escrutinio porque se caen como torres de arena. 

Los anuncios del gobierno de las nadies y los nadies, envueltos en sutiles amenazas, están dando una gran desconfianza general y eso ya se ve en las encuestas, en las cuales, en las primeras de cambio, la aprobación pasó del 56% al 46% y la desaprobación del 20% al 40%. 

Veamos tres de los anuncios que ha hecho. El primero, que se va parar la exploración de petróleo; el segundo, que se van comprar tres millones de hectáreas de tierras para repartir a los pobres; y el tercero, que van a perdonar a delincuentes experimentados y amateurs como los de la primera línea, en busca de una paz total. En mi opinión, estos anuncios muestran para donde están apuntado las políticas progresistas, que no solo son una insensatez, sino una gran estupidez. 

Perdonar a los delincuentes solo ha servido para reciclar la delincuencia y no para obtener la añorada paz. La mejor aproximación a la paz solo será creíble si se eliminan sus principales causas: la corrupción, el narcotráfico, la impunidad y la desigualdad social.  

Así que por ahora si pretenden llegar a La Paz lo mejor es que vayan a Bolivia, pero, si lo que quieren es la paz total, deben ir al reino de los cielos, a al shambhala de los tibetanos o al nirvana de los budistas.  

En las condiciones de pobreza y de descomposición social en que nos encontramos, seguirá habiendo personas para quienes es muy atractivo comprar en Colombia un kilo de cocaína en 20 millones de pesos y venderlo en Nueva York en el equivalente de 200 millones.  

Es apenas elemental saber que mientras los Estados Unidos no legalice la droga, este negocio seguirá y el narcotráfico si algo le ha dado a Colombia es violencia, así que por ese lado la paz total jamás llegará. 

Ahora, dizque va a comprar tres millones de hectáreas, es decir, unos 30.000 kilómetros cuadrados que equivalen a comprar las áreas conjuntas de Bogotá, Medellín, Cali y diez ciudades más. Para tener una idea de lo que se pretende, es pertinente conocer que esta área es superior a la de países como Bélgica o Haití y tres veces Jamaica. Bogotá tiene 1.775 kilómetros cuadrados y Medellín 332, así se imagina la extensión de la propuesta.  

En otras palabras, en 30.000 kilómetros cuadrados usted puede ubicar unos 10 millones de personas y ahí surgen varias preguntas: ¿de dónde va a sacar ese montón de personas dispuestas a habitar unas tierras otrora terreno de pastaje de ganado, tierras sin servicios, ni infraestructura? No sé qué piensen ustedes, pero yo digo que esto es demagogia pura. 

Dejar de explorar petróleo en Colombia es como quitarle la tabla a un náufrago, se ahoga. Sencillamente no se puede y las razones son simples, me explico. Colombia-saudita ha vivido del petróleo los últimos 30 años y no hay una fuente más importante de ingresos para la nación que la venta de petróleo.  

Que va a sustituir los ingresos de la venta de petróleo con turismo, eso da risa. Porque mientras Ecopetrol factura entre 90 y 100 billones de pesos, la hotelería en Colombia no llega a los 30 billones. 

Pero lo más importante, Ecopetrol aporta utilidades entre 16 y 20 billones y la hotelería deja impuestos por menos de tres billones. Los 40.000 establecimientos hoteleros con que cuenta Colombia son insuficientes para reemplazar a Ecopetrol. Así las cosas, esta iniciativa gubernamental es como dijo don Germán Vargas, una propuesta chimba. 

En resumen, al señor presidente Petro hay que exigirle que entienda que ya es presidente y que no necesita hacer propuestas sino hacer obras y que se asegure de que sus anuncios lo que deben llevar es tranquilidad.  

Lo que menos necesita el pueblo colombiano y los inversores extranjeros son anuncios que lleven al nerviosismo o al medio o al odio o que solo sean cantos de sirenas.