2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Cali destruida

Umberto Valverde

Por Umberto Valverde 

El histórico colegio Santa Librada está cerrado, cayéndose a pedazos, la iglesia La Ermita también, la Iglesia San Francisco se desmorona, la torre Mudéjar está a punto de caerse, la estatua Belalcázar fue secuestrada por el alcalde Ospina, Cali es el producto de todas sus malas alcaldías, nadie recuerda el último buen alcalde, pero en este periodo, se vino la hecatombe. 

El estallido, el cual a partir de una protesta social justa se coordinó paralelamente la destrucción de la ciudad, con los saqueos, la destrucción física de las estaciones del Mio, de los semáforos, de edificios, en fin, Cali hoy en día es una vergüenza. 

El patrimonio de la ciudad fue abandonado, no pueden decir que esto es consecuencia de las lluvias, desde hace décadas llueve, el fenómeno de la Niña no es de ahora, es la falta de prevención, de inversión, las administraciones prefieren las fiestas folclóricas para ser populistas, para sacarse fotos. 

Durante la pandemia los gremios artísticos agonizaron, otros respiraron boca a boca y algunos se mantienen pero sin ganancias. La llamada “Capital Mundial de la Salsa”, no tiene mercado para la salsa, los músicos buenos de salsa se están instalando en Miami. 

La única orquesta estable de la salsa, la que le da el prestigio a Cali, es el grupo Niche, que por fortuna su creador la consolidó en Estados Unidos, a través del manejo de su hija Yanila. El 80 por ciento de la facturación del grupo Niche es en eventos en Estados Unidos, Europa, algo de Suramérica, algo de Colombia y casi nada de Cali. 

Además de la destrucción de su arquitectura, Cali entró en el delirio de la inseguridad, cincuenta fleteos diarios, 15 muertos de promedio cada semana, dos carteles activos, sobre todo el Cartel del Pacífico que maneja sus oficinas de cobro en el Distrito de Aguablanca. 

¿Por qué el abandonó del Centro de la ciudad? Por cuanto ese sector fue abandonado en los finales de los años noventa por la poca industria que había, esos edificios se quedaron solos, sin mantenimiento. Por eso la plaza de Caycedo es una pocilga. 

Ante la espantosa noticia del desmoronamiento de la iglesia de San Francisco, el Ministerio de Cultura ha dicho que va a liderar una acción conjunta. 

Espero que le quede tiempo a la ministra Angélica Mayolo, tiene dos meses para actuar y no sé, a esta altura de la administración nacional, si tenga presupuesto. 

Duque está viajando para decirle a otros países que si trabajo y no liquidó el país. Es el momento para que la ministra de Cultura muestre esa actividad que muestra en las redes sociales. 

Será que el abandono y la destrucción de Cali es coincidencial, por el mal clima, o es por una decisión deliberada de acabar con nuestra ciudad. Nada es gratuito. Para los que vivimos la Cali de los años 60 hasta los 80 conocimos otra ciudad. 

La Cali actual es una vergüenza, producto de todas las pésimas administraciones, que tal la obra de la segunda norte, el daño a San Fernando, el problema de las materas. Nada es gratuito, es corrupción y odio a Cali.