21 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Anacronía y anacronismo

Dario Ruiz

Por Darío Ruiz Gómez 

En Colombia la llamada “intelligentzia” se desgañita definiendo lo que se supone que es modernidad para vetar naturalmente lo que ellos mismos dictaminan que no es modernidad.

Modernidad es para esta intelligentzia Tirofijo, feudal es Uribe. La confusión aumenta cuando estos teóricos agregan un concepto más equívoco aún, el del progreso. En el arte aclara Agnes Heller no puede haber progreso porque el arte no supone un capital acumulativo tal como sucede con la economía o sea el artista más “vanguardista” inventado por el marketing no puede ser más importante que el desconocido artista de los bisontes de las cuevas de Altamira o los murales de Chirabequete. 

Lo colectivo es moderno para ellos mientras lo individual está pasado de moda. La guerrilla aparecida en el siglo XX pretendió convertirse en la vanguardia de la revolución de los pueblos oprimidos contradiciendo a Marx cuando tal como lo vemos hoy con claridad la guerrilla comunista es simple y llanamente un criminal anacronismo. La utilización de la guerra de guerrillas es tan antigua como la humanidad.

Durante la Guerra Civil en España fue un fracaso y no lo fue combatiendo a los nazis en Italia o Yugoeslavia. Hacia los años 70 la guerrilla latinoamericana consideró que su forma de lucha constituía un anacronismo y por lo tanto a otras formas de lucha debería recurrirse.

En Colombia se hicieron los de la oreja mocha y entraron en la industria del secuestro y en el narcotráfico y ahora en la disputa por los metales más caros, convirtiéndose en el más monstruoso de los anacronismos.  

Si uno observa los cambios en los planteamientos que se producen entre la primera guerrilla y una Empresa criminal como las Disidencias y el ELN, se da cuenta de que, al igual que una guerrilla “Posmoderna” – ya tienen un Grupo de Creadores de Imagen graduados a su servicio, de fabricantes de verdades posmodernas – esta impostura de guerrilla es dueña de incalculables riquezas y ya no es la hoz y el martillo su emblema sino las camionetas de alta gama.

Se publican fotos del coltán que las Disidencias están explotando al parecer en una lucha abierta como todas las suyas contra los tradicionales propietarios de las únicas minas de Coltán que hay en Latinoamérica, el ELN.

¿Dónde está depositado, no dejo de preguntarme, este desproporcionado capital acumulado? ¿Qué se hace con las alucinantes ganancias que da la explotación de 150 minas de oro?

La ignominiosa desfachatez del guerrillero Otty Patiño disfrazado de Comisionado de Paz al otorgarles “el derecho” a apoderarse del Huila, del Tolima, del Quindío es la demostración de que lo más peligroso para dar declaraciones públicas es un gran resaca ya que al hacerlo en estas condiciones físicas  – afortunadamente para la verdad- nos ha mostrado quién es y para quien trabaja realmente.

En un régimen populista vuelvo a recordarlo se da mendrugos a las gentes, se destruyen las instituciones, la familia, la amistad, – virtudes de quien resiste desde la retaguardia- y aparentemente se destruye el capitalismo cuando lo que realmente se encubre es un capitalismo de Estado, la aparición de una oligarquía conformada por advenedizos convertidos en grandes dirigentes políticos amnistiados.

Lo que queda en claro, por lo tanto, es que a este enfrentamiento de intereses económicos no se le puede seguir reconociendo como “un conflicto político”. Política y simulacro, eso sí y miles y miles de muertos y de víctimas que de salida han sido silenciadas.