1 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Alminar: ¡De los gobernantes deshonestos, líbranos señor!

A los oídos de Fiscal y del Contralor

Por José León Jaramillo Jaramillo

Si bien es cierto que los salarios solo se pueden reducir, de común acuerdo, entre el empleador y el trabajador, pero respetando siempre el salario mínimo legal, cuyo monto no pueden reducir las partes, en ningún caso y no obstante que no he profundizado aún, lo suficiente, sobre la  legalidad de la medida que paso a comentarles, me atrevo a opinar que, en principio, acierta el señor presidente al disponer que los funcionarios públicos y contratistas del Estado, con salarios  o ingresos de más de 10 millones de pesos mensuales, paguen un impuesto extraordinario de pandemia, por llamarlo de alguna manera, equivalente al diez por ciento (10%) de sus salarios o de sus ingresos.

Es más, creo que todo colombiano que tenga esos ingresos debería pagarlo. ¿Por qué, entonces, los ciudadanos no donan esos dineros voluntariamente y prefieren, más bien, repartirles comida o dinero, en las calles, a quienes, al rompe, se ve que de todo carecen? La respuesta es simple:  por temor a las ratas, por temor a que los gobernantes ladrones y deshonestos, se los roben, se los traguen ellos y esos recursos no lleguen nunca a sus destinatarios.

Es muy triste, para los ciudadanos de bien, saber ver que se les va a despojar de una parte de sus ingresos o de sus salarios,  por impuestos o, supuestamente,  para ayudarles a las clases menos favorecidas por la fortuna y golpeadas por la pandemia, cuando no se les ofrece garantía alguna, en el sentido de que esos dineros retenidos si serán utilizados para cubrir las necesidades de los que de todo carecen y, por lo tanto, se preguntan: ¿Será que el dinero que me está siendo retenido, mi dinero, el dinero de mi mujer y de mis hijos,  lo utilizará el gobierno en la nobilísima y cristiana tarea de calmar el hambre de los más pobres o se festinará con él, utilizándolo de manera criminal, politiquera, deshonesta, ruin, miserable y oportunista, como lo hace el muy trepador y estafador alcalde de Medellín, el que se disfrazó de gato y no de rata, para hacerse elegir y poder continuar en una descarada y feroz campaña politiquera, con  los dineros del erario, como lo hicieron en Antioquia otros funcionarios deshonestos como Rodrigo Uribe Echavarría, Aníbal Gaviria Correa, Sergio Fajardo Valderrama o Federico Gutiérrez Zuluaga, entre otros, al despilfarrar, a chorros, millones del erario, de la plata de todos, en  propaganda política y en publicidad, para alimentar sus narcisismos y  hacerse así al cariño de los enmermelados medios y engañar con ellos al común y a fe que lo han logrado, al pretender hacerle creer al pueblo que sus ególatras presencias son las de unos estadistas y no las de unos oportunistas incompetentes y deshonestos?

No hay derecho que cuando en Medellín hay gente con hambre, niños con hambre, presos con hambre, el falso gato se gaste más de doscientos millones de pesos del erario, suma con  la que se podrían comprar cuatro mil (4.000) mercados, de $50.000.oo cada uno, publicando un aviso en el  periódico EL TIEMPO, para darles a conocer a los Bogotanos, ala, la que él, pretende hacerles creer, que es una maravillosa obra de gobierno y, mucho menos, que la administradora de su canal político, Telemedellín, hubiera dispuesto de cantidad igual, para contratar un hotel en el que los empleados del gato, los dedicados a fortalecer su imagen, pasaran una cuarentena como millonarios; suma que, gracias a las presiones del  REVERBERO DE JUAN PAZ, no alcanzó a afectar la caja pública.

¿Por qué Pinturita no publicó sus ejecutorias en EL COLOMBIANO sino en EL TIEMPO, ejecutorias que ya todos conocíamos por haber sido publicadas por la prensa antioqueña de manera gratuita? Porque está en campaña política y en indiscutible competencia con Claudia López Hernández, la polémica alcaldesa de Bogotá. ¿Qué les importa a los bogotanos si Pinturita está gobernado bien o mal?

¿En que contribuyen esos avisos a la solución de la pandemia? En nada, por el contrario, la agravan, pues esos dineros se debieron haber empleado en la compra de máscaras, trajes de bioprotección, guantes y demás elementos quirúrgicos que demandan, con urgencia, los médicos y enfermeras, quienes carecen de ellos y quienes, por lo tanto, sin esos trajes y demás elementos por ellos requeridos, están arriesgando sus vidas, al enfrentar al coronavirus. Este alcaldito está es politiqueando con los recursos del erario, con los recursos de todos y, en estas, ¿el Concejo de tragones qué opina? ¿Está haciendo mutis por el foro? Tiene que ser mucho lo que está despilfarrando pinturita.

Antes teníamos a quien defendiera la cosa pública y sancionara a quienes con ella festinaran, hoy no. Recuerdo a una ex gobernadora de Antioquia que publicó un libro elogiando su obra de gobierno y mandó a empastar los ejemplares en cuero y por ello, hasta donde me alcanza, la destituyeron. O al ex gobernador Rodrigo Uribe Echavarría, quien fue declarado insubsistente por el presidente Turbay, por haber publicado en El Colombiano una separata en colores cuya primera página lo mostraba a él, absolutamente precioso, posando de cuerpo entero, con motivo de los dos primeros años de su gobierno.

Hace más de cuatro años, las Dos Orillas nos informó que el exalcalde de Medellín Aníbal Gaviria Correa y el exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo Valderrama“…No dudaron en destinar importantes sumas de dinero en la divulgación, vía publicidad en medios de comunicación y diferentes campañas del orden regional y nacional de su obra de gobierno, atada a su imagen de gobernantes. Ambos salieron con buenos índices de favorabilidad y reconocimiento a sus respectivas gestiones.”; espantosas para mí, por cierto.

Nos aseguró igualmente ese blog que “El alcalde de Medellín Aníbal Gaviria es el gran campeón con un gasto entre 2014 y 2015 de $90.563 millones, al que debe sumársele los $65.129 millones ejecutados en publicidad por las Empresas Públicas de Medellín… ─$90.563+65.129=$155.692millones ejecutados ─…, entidad adscrita a la alcaldía y cuyos cuantiosos excedentes de caja son aprovechados históricamente por los alcaldes paisas para financiar actividades complementarias”.

Y finalmente agregó que “Entre los gobernadores del país, fue Sergio Fajardo el que durante sus cuatro años destinó mayores recursos llegando a los $89.657 millones…” y que “En total entre todos los entes regionales –alcaldías, gobernaciones y empresas públicas-, se gastaron $600.441.oo millones en publicidad y eventos, de los cuales su gran mayoría se contrataron de forma directa, es decir, sin mediar licitación pública.Tongo le dio a Borondongo.

El ego y la deshonestidad de estos tipos nos cuestan millones, que se arrebatan descaradamente de las bocas de los niños, de los ancianos, de los presos y de los enfermos, sin parar mientes, estos pésimos gobernantes, que, con sus criminales conductas contractuales, privan a los más pobres de lo que les corresponde, de lo que les pertenece, de “los recursos necesarios  para su desarrollo integral y armónico.” , como lo asegura su eminencia Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín, cuando afirma, igualmente, que los “… bienes no son malos, que el malo es el corazón de las personas que no saben administrar esos bienes para vivir dignamente y para el provecho de los demás…”

Es tan delicado el asunto que el ex procurador Alejandro Ordoñez Maldonado, sentenció, en lo pertinente que“…La corrupción ha avanzado tanto, que muchas entidades públicas han sido tomadas por particulares con el propósito de hacernegocios o proteger sus propios intereses. “Y eso no ocurre solamente en las regiones o en los pueblos …sino incluso en el nivel nacional. De esa forma, el Estado termina siendo un instrumento de los particulares”. 

 

Como si lo anterior fuera poco, el doctor Néstor Humberto Martínez Neira, ex Fiscal General de la Nación, en uno de sus informes consignó lo siguiente: “…Llevamos en dos años 2.505 funcionarios judicializados y el valor de las coimas vale 4,4 billones de pesos, es decir, el 70% de la reforma tributaria que se acaba de radicar en el Congreso y he confiscado bienes con fines de extinción de dominio por 12 billones. Usted se va por toda la geografía nacional y ve el poder político regional en contubernio con el sector privado robándose el sector público. Aquí mismo, en mi casa, en la Fiscalía, llevamos 112 funcionarios capturados.”  ¿Cuándo les llegará el turno a la alcaldía y a la gobernación?

El artículo 4 de la Ley 29 de 1944, más conocida como la Ley de Prensa, manda:

“Artículo 4. Queda prohibida la propaganda oficial remunerada en la prensa hablada y escrita del país. Los funcionarios que violaren esta prohibición serán destituidos, y se les aplicará una multa de $ 100.00 a $ 500.00, que impondrá su respectivo superior”.

¿Será que esta norma no está vigente?

Señor Fiscal, señor Contralor, por Dios, la corrupción nos está costando un billón de pesos semanal, cincuenta billones de pesos año, hagan algo antes de que el alcalde y el gobernador acaben con lo poco que tenemos. Eviten ustedes que, en privado, esos personajes puedan como Carlos Martínez Sinisterra, decir que «Es mejor negocio la política que el narcotráfico», o que «La plata que deja una alcaldía no la deja un embarque”.

COLETILLA 1.- ¿Cuándo será que el régimen corrupto, que nos flagela, desaparecerá y podamos entonces contar con jueces civilizados, que de corazón, escriban, así: “…una verdadera justicia sólo es posible a través de la misericordia, que no clava al hombre en la cruz para siempre, sino que se ofrece como guía para ayudarlo a levantarse, enseñándole a captar el bien que, no obstante el mal cometido, nunca se apaga totalmente en su corazón…” Hermosa la transmisión vaticana del viacrucis. Gracias al papa por sacudir, con los testimonios penitenciarios, nuestras conciencias.

COLETILLA 2.- Últimamente veo actuar a los políticos como a los mendigos, apelando a la lástima de los electores, invocándoles argumentos que llaman a la misericordia (argumentum ad misericordiam) para que estos, por lastima o por pesar, voten por ellos o les apoyen su gestión; argumentos que son una falacia o un desatino. Esos argumentos que carecen de poder demostrativo alguno, al fin y al cabo, se los invocan al pueblo ignorante, al pueblo que vota por ellos y como el pueblo traga entero y no piensa, lo clavan como a Cristo en la Cruz.