El General Juvenal Díaz Mateus en su despedida: “Gracias mamá por tanto, te amo”

“Me voy con la frente en alto”
Una despedida agradeciendo a Dios, a su familia, a la Institución y a la sociedad.

Con 35 años de brillante carrera militar se despidió como oficial activo quien fue hasta el pasado 8 de septiembre el Comandante de la VII División del Ejército Nacional, señor Mayor General Juvenal Díaz Mateus, quien desde los 19 años ingresó a la Escuela Militar iniciando su preparación hacia una carrera en la que tuvo que avanzar por un camino difícil, hasta consolidar una destacada y reconocida vida en las Fuerzas Militares de Colombia.

“Gracias Dios por permitirme llegar hoy sano, salvo y con salud”, expresó el Mayor General en su discurso de despedida, el cual estuvo cargado de emotividad y agradecimientos para su esposa Victoria en quien destacó su paciencia, acompañamiento y crianza de sus dos hijas. También a todos sus familiares por estar atentos en cada paso y logros de su carrera; a los soldados de la patria, civiles al servicio de la Fuerza Militar, oficiales en todos los grados, sub oficiales, soldados regulares y profesionales, alférez, cadetes, amigos de la Armada y Fuerza Aérea; y a todos quienes a través de los años lo acompañaron en su formación.

Elogios que el Oficial oriundo de La Paz, Santander, trascendieron en las redes sociales al dejar exaltar su lado más sensible como hijo, al referirse a su madre en su cuenta de twitter @GralJuvenalDiaz: “En 1987, está linda mujer me acompañó a recibir mi daga. Ya era viuda habiendo criado 11 hijos. Hoy me acompaña en mi despedida. Un poco más vieja pero mucho más hermosa. Gracias mamá por tanto. Te prometí que iba a ser el mejor y te cumplí. Hoy me voy con la frente en alto y la tranquilidad de no tener una sola investigación en mi contra. Te amo”.

En medio de un detallado recorrido de su vida militar, desde que ingresó a la Escuela de Infantería hasta hoy, el hijo adoptivo de Antioquia gracias a la Asamblea Departamental de Antioquia hizo mención especial a quienes se ha encontrado en su trasegar y resaltó a los campesinos, obreros, profesores, empresarios grandes y pequeños, dirigentes, defensores de los derechos humanos, gobernantes, clero, corporaciones ambientales y a todos los que de una u otra forma lo apoyaron en sacar adelante su gestión.

Y haciendo alusión a su faceta intelectual se apropió de El Principito, la novela corta y la obra más famosa del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry citando la metáfora que narra el encuentro entre el Principito y el zorro que describe el amor, en este caso, en forma de amistad para decir: “Antioquia me ha domesticado, ha creado unos lazos profundos en mi corazón, con este Departamento, su gente y sus comunidades.”

Muchos son los logros obtenidos del Mayor General Díaz en materia de operativos y reputación militar, pero como él mismo dice: “El logro que uno se lleva es el cariño, el agradecimiento y el reconocimiento de la gente”. No en vano son múltiples las expresiones de diferentes sectores que le demuestran admiración por su compromiso, lealtad, transparencia y calidez humana.

Siempre respetuoso de sus superiores y ante el llamado a su madre para que se pusiera de pié a su lado dijo: “Hoy le voy a decir mamá que yo cumplí. Me voy con la frente en alto, con cero investigaciones de ningún tipo y con toda la energía para salir adelante… se va el uniforme, pero no las ideas. Les prometo que donde yo pueda trabajaré día y noche por mi Institución, por los soldados y por Colombia”.

El ilustre hombre con la satisfacción del deber y la misión cumplida, y cuyo corazón lo ocupan los departamentos de Santander y Antioquia se despidió con una frase célebre de El Principito: “Seguramente todo lo hasta hoy vivido me ha preparado para lo que tanto he querido” seguido de la exclamación propia y contundente de las tres palabras o trinidad que enmarcan el esplendor de la Institución y la promesa para lograr la grandeza de Colombia y la Fuerza: ¡Patria, Honor Lealtad!, dijo con firmeza el Mayor General Juvenal Díaz Mateus.