@eljodario
De nuevo un gobernante de la Casa de Nariño ha dilatado la solución del cada vez más grave problema que significan la PolicÃa Nacional y el Inpec.
Y, una vez más, como lo han hecho todos los gobiernos en las últimas décadas, han nombrado a un general de la PolicÃa para que se encargue de la dirección del cuerpo de trabajadores y guardianes que administra las cárceles colombianas. Y, por supuesto, una vez más le han echado tierra o sepultado la solución al lÃo que se les han vuelto la PolicÃa y el Inpec.
No hay dÃa que no se anuncie que miembros de la PolicÃa Nacional salen complicados en la protección o ejecución de los mismos delitos de siempre. Y de la misma manera ya son demasiadas las versiones que los presos, los abogados y los parientes de los encarcelados cuentan del ordeñadero que es el Inpec.
Pero como lo decÃa hace unos dÃas, nos acostumbramos a la corrupción de la PolicÃa, la toleramos y la alimentamos con nuestro silencio o con el billetico, como igual les toca a los pobres presos y a sus familias para canjear privilegios.
Han dejado crecer de tal tamaño la crisis de la PolicÃa y el Inpec que, al próximo presidente, si es que de verdad tiene cojones, le va a tocar liquidar ambas instituciones, como tuvo que hacerse en el pasado con el SIC y con el DAS. Constituir la GendarmerÃa Nacional en reemplazo de la PolicÃa y con objetivos netamente civiles, despojándola de las tentaciones militaristas, no es un imposible y con voluntad y sin repartir baratijas se puede hacer.
El INPEC en vez de continuarlo uniendo al despelote de la PolicÃa y de seguir nombrando generales y oficiales de esa rama para que administren la corruptela costosÃsima que está institucionalizada en las cárceles, debe ser liquidado del todo junto con sus más de 50 sindicatos.
El paÃs no puede seguir sosteniendo una farsa que cada vez tiene más aristas y en vez de evitarnos el derrumbe institucional, ayudan a que el desmoronamiento llegue más temprano que tarde, si es que no está a la vuelta de la esquina.
Insistir entonces en prolongar la falta de credibilidad en la PolicÃa absteniéndose de reformar sus estructuras y degenerando su futuro sosteniendo esos mamotretos anacrónicos y cada vez más peligrosos de las Escuelas de PolicÃa, es una terquedad condenable.
Seguir creyendo que el lÃo de las cárceles se soluciona poniendo a un general de la PolicÃa al mando del Inpec, es admitir que este paÃs no tiene solución porque quienes lo gobiernan ni oyen ni ven ni entienden la cruel y dolorosa realidad.

Seguir creyendo que el lÃo de las cárceles se soluciona poniendo a un general de la PolicÃa al mando del Inpec, es admitir que este paÃs no tiene solución porque quienes lo gobiernan ni oyen ni ven ni entienden la cruel y dolorosa realidad.
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