22 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Alminar: El debate sobre las armas

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Por José León Jaramillo Jaramillo (foto)

leonjaramillo53@gmail.com

Si  el genio de la lámpara nos ayudara a enviar a Marte, el planeta de la guerra, todas las armas existentes en el mundo, no reduciríamos la criminalidad. JLJ

 “…el castrismo en 1964 nos envió el eln, en 1981 auspició una invasión de terroristas del M-19 por el Pacifico y continúa entrenando explosivistas como los de atentado del Andino en el 2017.” Coronel ® John Marulanda.

“La dictadura caribeña, maneja una nómina diplomática cargada de agentes del G2 quienes, coordinadamente con los del Sebin,operan en todo el país. Y próximamente nos enviará una oleada de enfermeros graduados de médicos, promotores del socialismo del siglo 21. Ojalá Nicaragua, un potencial rival apoyado por los rusos, no nos vaya a sorprender.” Coronel ® John Marulanda.

Afirmar que las FARC están desarmadas es engañar, de mala fe, al país. JLJ

El debate sobre las armas en Colombia es, por decir lo menos, ridículo. Si bien es cierto que el Estado tiene el monopolio de estas (Art 223 CP), no es menos cierto que es al “al Gobierno Nacional a quien le corresponde expedir, a través de la autoridad competente,  la autorización para  portar armas” a los ciudadanos, de conformidad con la sentencia C-031 del 2 de febrero de 1995, emanada de la Corte Constitucional, pues aunque para denegarlo éste, el Estado, podría alegar que es su deber el de garantizar las vidas, las honras y los bienes de sus ciudadanos, estos últimos podrían argumentar, en su favor, que el Estado está incumpliendo ese claro mandato constitucional por falta de recursos y de pie de fuerza y por la presencia de bacrimes, de guerrillas criminales y sanguinarias, dedicadas al secuestro,  a la extorsión, al narcotráfico y a la minería ilegal, promovidas por los Castros para su propio beneficio, sin olvidar las organizaciones de narcotraficantes promovidas igualmente por estos, por los carteles mejicanos y por las bacrimes. (Lea la columna).