Vistazo a los hechos: La Selección y James, el reflejo de lo que es nuestro fútbol

Por Gabriel Zapata Correa

¿Quién nos puede hacer una radiografía clara de lo que está pasando en el fútbol colombiano?

Resulta que estábamos engolosinados con “las maravillas” de algunas de nuestras “estrellas” en el fútbol inglés, en el italiano y en otras latitudes, y no nos dimos cuenta que nos iba a explotar la crisis en la mano. Y esta crisis tenía que reventar en la Selección, precisamente en los inicios de las Eliminatorias para el Mundial de Qatar.

Y esas “estrellas” que nos tenían ilusionados en estas Eliminatorias resultaron ser lucecitas de bengala, que no brillan ni con luz ajena. Los grandes jugadores se conocen en los momentos más difíciles, como un Cristiano Ronaldo que se echa al hombro la selección de su país y deja a todo mundo con la boca abierta.

Pero lo sucedido con nuestra Selección en los partidos contra Uruguay, 3 a 0 y luego frente a Ecuador, 6 a 1, es una vergüenza absoluta. Ninguno de los jugadores de la Selección mereció en esos partidos una calificación por encima de 3 sobre 10. Ninguno.

Todo lo que rodeó a la Selección antes, durante y después de esos dos partidos oficiales es sospechoso. Todo.

Diferentes colegas deportivos hablan de peleas a golpes entre algunos jugadores. En todas esas peleas el común denominador es James Rodríguez, sobre quien algunos de sus compañeros dicen que es una vedette intocable. Por todo lo que ha venido sucediendo, y peor aún en nuestra Selección, es que James Rodríguez ha salido de los mejores equipos del Mundo: el Real Madrid y el Bayern Munich. Cualquier jugador que se estime soñaría con jugar en cualquiera de estos dos equipos, y quien llegue se haría matar por no dejarse sacar. Ahora tenemos que reconocer que el técnico del Real Madrid, Zinedin Zidane, tenía y tiene toda la razón. A James Rodríguez le falta mucho aún, para ser un gran profesional, y el líder que necesita la Selección Colombia.

Pero a medida que pasan los días surgen otras informaciones que demuestran el despelote en que está sumido el fútbol profesional colombiano, cuyos directivos están investigados por la reventa de la boletería en las Eliminatorias para el Mundial de 2018.

Según la investigación de la Superintendencia de Industria y Comercio directivos de la Federación Colombiana de Fútbol recibieron mil millones de pesos cada uno, Ramón Jesurum, Luis Bedoya y Alvaro González quienes ya están en manos de la justicia colombiana. Vale anotar que Luis Bedoya se encuentra frente a la justicia estadounidense por el sonado Fifagate.

Vale recordar que este escándalo tiene que ver con el «acuerdo ilegal» al que, según la Superintendencia, llegaron la Federación y las empresas Ticket Ya y Ticketshop, para crear un sistema que permitió «desviar de forma masiva la boletería, con fines de reventa a precios muy superiores a los establecidos».

Pero es muy lamentable que, pese a que toda esta investigación está en manos del Ministerio del Deporte, esta es la hora en que no ha habido una intervención directa del Gobierno y estos flamantes directivos permanecen incólumes en sus cargos como si nada hubiera pasado.

O sea que la Federación está podrida por la cabeza. ¡Qué vergüenza!

Pero no solo la Federación Colombiana de Fútbol. El despelote también se campea en la División Mayor del Fútbol Profesional.

¿Qué tal lo que sucedió con el Cúcuta Deportivo, cuya ficha fue cancelada, porque sus dueños no les pagaban los salarios a los jugadores? ¿Y el desorden que se ha presentado en los últimos días con la irregular inscripción de jugadores, a pocas horas de iniciarse la final del torneo?

¿Y qué tal si se investigan las denuncias de algunos directivos y técnicos, quienes hablan de partidos arreglados?

Como se ve, si todo anda mal en el fútbol, nada puede ir bien en la Selección. Creemos que los directivos de la Federación deben tomar decisiones fuertes y ejemplares con los jugadores se la Selección, si quieren enderezar el camino hacia el Mundial de Qatar. Caiga quien caiga, así sea la vedette de James, quien merece una digna sanción. Que respete la Selección y a los colombianos.