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Aunque sus compañeros excabecillas de las Farc tienen entre todos 16 siglos de condenas, entre ellos alias “Timochenko” con 416 fallos en su contra, nunca desde la desmovilización un criminal de estos había cantado públicamente un magnicidio de la talla de Alvaro Gómez Hurtado, como lo hizo alias “Carlos Antonio Lozada” a través del diario El Espectador.
Con su confesión pública quedó planteado si “Lozada” debe renunciar a su curul en el Senado o si la JEP lo puede apartar.
Es un hecho sin precedentes que un criminal confeso se siente en su curul como si nada hubiera pasado. Así se lo dijo a El Espectador: “Esperamos que se entienda que nosotros llegamos al Congreso producto del Acuerdo de Paz, como reconocimiento de nuestro alzamiento armado. Hicimos dejación de armas a cambio de participación política. No tendría sentido que se cuestionara el Acuerdo”.
La polémica nació desde este martes, cuando el ex cabecilla Julián Gallo, alias “Carlos Antonio Lozada”, le confesó al diario El Espectador que él cumplió la orden de ejecutar al dirigente conservador Alvaro Gómez Hurtado.
El Alto Comisionad de Paz, Miguel Ceballos, les planteó esta mañana a varios medios que «La JEP tiene una obligación legal y es comprobar si es compatible que el senador Lozada lo siga siendo después de que ha confesado este terrible delito».
«Es un hecho cuya responsabilidad es de la Red Urbana Antonio Nariño, de la cual yo era comandante en ese momento», dijo el exjefe de Farc al periódico El Espectador.
“La Justicia Especial para la Paz (JEP) debe hacer una valoración sobre la compatibilidad o no de la posibilidad de ejercer un cargo de elección popular y la confesión de un delito, en este caso el senador Julio Gallo, también conocido como Carlos Lozada, que está diciendo al país que ejecutó una orden del ‘Mono Jojoy’ a través de la Red Urbana Antonio Nariño para asesinar a Álvaro Gómez”, dijo el Comisionado Ceballos.
«Eso no puede quedar con esa declaración, la JEP tiene una obligación legal y es comprobar si es compatible que el senador Lozada lo siga siendo después de que ha confesado este terrible delito», añadió.
De acuerdo con Ceballos, a pesar de que haya un reconocimiento de la verdad, “la JEP debería aplicar lo que el artículo 61 de la ley estatutaria denomina «sanciones propias» que incluyen la posibilidad de la restricción de la libertad y derechos como el de la residencia y la movilidad”.
Esto le dijo Lozada a El Espectador:
¿Quién dio la orden de asesinar a Álvaro Gómez Hurtado?
La orden la dio el secretariado y la recibí de Jorge Briceño, que era el comandante a quien yo le atendía órdenes. Esa orden se transmitió a través mío y la ejecutó un comando de cuatro personas de la Red Urbana Antonio Nariño.
¿Esa orden venía de todo el secretariado o solo del Mono Jojoy?
La orientación me llegó de él y él le informó al camarada Manuel Marulanda.
¿Hubo alianzas con otros actores armados para cometer este asesinato?
Le puedo decir con toda certeza que en ese hecho participaron exclusivamente guerrilleros urbanos de la RUAN. Nadie más.
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