30 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El drama de doña Rosa, al oído del Súper de Salud Fabio Aristizábal

@Supersalud @FabioUPC

En enero de este año la señora Rosa Angelica Daza de López, de 70 años de edad, perteneciente a SURA EPS, acudió a una cita médica en Marinilla y el médico general la envió para la casa menospreciándola y con calificativo inadecuado como mimada, ya que la herida que presentaba en una de sus piernas no ameritaba ningún cuidado.

Pero la señora se confundió con la aparición de dos heridas o llagas más, en la pierna y en la cadera, respectivamente. Volvió a la IPS y telefónicamente, un especialista vascular le argumentó que sólo atendía en esa forma porque su situación, el de la señora, no ameritaba verla directamente, pero como el caso era delicado, el esposo, le pagó otra vez médico particular.

El caso fue llevado a la Supersalud como queja, ya que a la mencionada señora le dieron la cita para el 9 de Julio, pero por teléfono con el especialista quien le repitió lo mismo, en el sentido de que con él siempre las citas iban a ser telefónicas y así, le contestó SURA a la Supersalud, después de que le dieran 2 días para responder.

Cabe anotar que la Supersalud le contestó a la señora paciente que no había nada que hacer ante el criterio o querer del médico. Ante la insistencia de la señora a la Supersalud para que le resolviera su caso, el funcionario le contestó que no había nada qué hacer, que consiguiera un abogado y demandara. Esto ocasionó ir de nuevo a un galeno particular y prestar dinero para pagar sus honorarios.

Entonces hay que preguntar: ¿Para qué sirve la Supersalud? ¿Quién resuelve los problemas que se susciten entre las EPS y los usuarios o pacientes?  ¿Siempre habrá que demandar judicialmente para acceder al derecho a la salud y a la vida?