Algo está pasando en la Casa de Nariño, con los asesores del presidente Iván Duque.
Los asesores de un presidente desempeñan un papel clave y decisivo, porque se supone que tienen la oportunidad privilegiada de acceder a la información de primera mano en todos los campos, para que el mandatario de todos los colombianos sea preciso en lo que dice y no cometa el menor error en sus apreciaciones.
Desafortunadamente, ahora que el presidente Iván Duque está cumpliendo dos meses de Gobierno, los asesores lo han hecho equivocar en temas tan delicados y sensibles como el orden público, el secuestro, en actos que se saltan los linderos hacia los terrenos de la corrupción, todos banderas de su campaña y de su Gobierno.
Un Presidente no puede aparecer en público como si estuviera pensando con el corazón, sino con la razón. Y la razón la legitiman los hechos, los datos irrefutables. (Lea la columna).
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