Por Guillermo MejÃa MejÃaÂ
Comencemos por decir que la forma del Estado francés es muy distinta a la de nosotros en Colombia y a la de otros paÃses latinoamericanos que tienen una estructura presidencialista: un Presidente, jefe de la rama ejecutiva, y un Congreso bicameral de perÃodos fijos, elegidos por voto directo, unos órganos autónomos y una rama judicial teóricamente independiente.
El héroe de la Segunda Guerra Mundial, Charles de Gaulle, que encabezó la resistencia, desde Inglaterra, al lado de los aliados, en la Segunda Guerra Mundial, les dejó a los franceses la Constitución de 1.958, conocida como la de la Quinta República: un presidente de la república elegido por voto directo, por dos vueltas, para perÃodos de cinco años, reelegible para otro perÃodo inmediato o para otro posterior, un congreso bicameral que consta de Senado y Asamblea Nacional, el primero elegido por sufragio indirecto por el voto de los concejales municipales de toda Francia, hasta un número inverosÃmil de 348 senadores para perÃodos de seis años y la segunda, elegida por voto directo, de dos vueltas-que es lo que acaba de suceder-integrada por otro número descomunal de 577 diputados, para perÃodos de cinco años. O sea, entre las dos cámaras son 925 congresistas con periodos distintos.
Pero aparte de lo anterior, en Francia existe la figura del Primer Ministro que no es la misma de los primeros ministros de España, Inglaterra, PaÃses Bajos, Bélgica y paÃses nórdicos, entre otros, que sà tienen un verdadero régimen parlamentario: un rey, cabeza del Estado y un primer ministro jefe del gobierno. El de Francia prácticamente es un estorbo para el presidente de turno pues para congraciarse con la Asamblea Nacional, aunque no es su obligación, generalmente nombra a un personaje que logre una mayorÃa en la corporación. Es la llamada cohabitación que en derecho civil significa convivir en pareja sin estar casado. Las funciones del primer ministro, a veces chocan con las instrucciones del presidente de la república sobre todo en materia de seguridad nacional y de polÃtica exterior.
El caso más notable de un presidente de izquierda con un primer ministro de derecha fue el de Mitterrand con Jaques Chirac, que después se enfrentaron, ostentando el uno el cargo de presidente y el otro de primer ministro, en la campaña presidencial de 1.988, que ganó el primero.
No obstante, el perÃodo de cinco años de los miembros de la Asamblea Nacional, el Presidente la puede disolver anticipadamente y citar a nuevas elecciones que fue lo que hizo Macrón cuando vio que la extrema derecha de Le Pen ganó las primeras elecciones para la Asamblea Nacional: disolverla y convocar, entre la primera y la segunda vuelta, a fuerzas de la izquierda y de centro para atajar el triunfo de la extrema derecha.
¿Y por qué le tienen tanto miedo a Marine Le Pen en Francia?
Porque su papá, Jean Marie Le Pen, ha sido un reconocido apologista de la ocupación Nazi de Francia y del gobierno colaboracionista de Vichy y un negacionista del holocausto judÃo, razón de más para que fuera condenado por la justicia francesa y, además, expulsado del partido que él mismo fundó. En otros términos, el partido de Le Pen, a pesar de llevar un nombre distinto-Reagrupamiento Nacional,RN- es un partido de orientación Nazi. De extrema derecha.
Los resultados de las elecciones en Francia no significan que ganó la izquierda, como se quiere predicar en algunos medios. Lo que sà sucedió, es que, de momento, se atajó a la extrema derecha de Le Pen, pero también significó que su partido avanzó, pues paso de 89 escaños a 143 en la Asamblea Nacional.
Esta corporación quedó dividida en tres grandes bloques:
Nuevo Frente Popular 182 escaños; Ensemble-juntos- 168 y RN 143. Otros grupos polÃticos, más pequeños, obtuvieron 45, 26 y 13 asientos, respectivamente. Para formar una coalición que permita gobernar con relativa facilidad, se requieren 289 curules en la Asamblea Nacional.
El sistema polÃtico francés es un galimatÃas, no copiable, tan complicado como la fabricación de sus 400 variedades de quesos.


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