Por Oscar Domínguez
Nota: Con la recomendación, “urbi et orbi” de que no se pierdan la película sobre Quino. En Medellín sólo está en Cine Colombia de Vizcaya, El Poblado arriba, por la calle 10. Tiene cuatro funciones al día, la primera a las 11:50 para los que nos dormimos cuidando un cocuyo (dejémos tranquilos a los tigres). od
Che, Joaquín Salvador, salud.
Lo escribiste alguna vez: como historieta nací en la revista “Primera Página” el 29 de septiembre de un año que no me interesa saber. Yo digo otra cosa, y las minas siempre tenemos la razón de la sinrazón. En carta a la revista “Siete Días” informé que nací el 15 de marzo. Y de ahí no me muevo.
También está dicho en mis obras completas, “Mafalda toda” , que se vende hasta piratiada en las librerías agáchese. Los hay que rebuznan que no, que nací dos años después. La gente me lee de corrido, como si fuera una novela porno. Hasta me venden pirateada en los semáforos.
No se pierden los años que le quitan, o se quita una mina, dicen los chinos. Los que yo me quitaba iban a dar adonde Susanita, la deliciosa arribista que me hacía la segunda.
Te cuento, Quinito, que el mundo sigue dándose contra las paredes. Vive en un eterno tas-tas. La sopa sigue siendo el opio de los niños.
Este año es una fotocopia – peor- del de hace no sé cuántos junios cuando te negaste a pintarme más. El mundo, y el hombre, su principal inquilino, siguen siendo un lamentable lapsus. Está sin inventar del todo, como los celulares que no conocimos.
Dicen en la calle que le mejoraste el genio a la humanidad. Le enseñaste sensatez a través de nosotros. Podés dar un decrépito parte de “micción” cumplida.
Cuando colgaste el lápiz me sentí abandonada al pie del altar, ese “mueble” donde millones de viejas pronuncian dos esclavizantes letras: ¡Sí!
Pobre liberación femenina en la que la mujer sigue tomándose el poder, pero sin salir de la cocina. Repica y anda en la procesión. No aprendemos. El varón domado nos tiene por su cuenta.
Celebro haber nacido de la costilla de un electrodoméstico Mansfield. Me fue mejor que a mi colega Eva hecha por Dios de una prosaica costilla de Adán, un tipo sin sexapil al que no le daría ni la hora de la semana pasada. Su encanto radicaba en su condición de ejemplar único.
Algunos opinan que eran mejores tus caricaturas que lo que decíamos nosotros. Tomalo como el mejor piropo.
Me alegra saber que nunca fuimos peligrosos para la salud, como Homero Simpson y sus desadaptados. Por esto nada más valió la pena vivir. Lástima que tipejos del calibre de los insoportables Trump, Putin y el pote Maduro, tres piedras en el zapato de la humanidad se sigan tirando el mundo.
Si nos encontramos en la calle, no cambiés de acera, che. Mejor no nos quitemos más tiempo, Juaquito. Me largo con mi inmortalidad a otra parte. Nada me debes, nada de debo. Extraña forma de empatar con el azar. (Líneas sometidas a latonería, pintura y similares).



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