19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Y qué pasó con el negocio de las 14 clínicas?

Cuestión de estilo. Una historia local. 

Algo va de un grupo a otro. Mientras el grupo Auna del Perú, después de una negociación concertada y, al parecer, transparente, adquirió las acciones de la Clínica las Américas de Medellín, a un precio unitario por acción superior a $24.000.000 cada una, algo justo y equitativo para los precios del mercado, un grupo empresarial local compró 14 clínicas en todo el país después de precipitar ellos mismos su crisis económica y su quiebra, para comprarles a los socios por la deuda, dejando en el camino a decenas de familias en una situación de crisis que los dejó prácticamente en la ruina, con cientos de dramas personales y familiares que hasta el día de hoy no se solucionan.

Mientras esta transición se llevaba a cabo, las clínicas expoliadas empezaban a trabajar, ya bajo la dirección de un nuevo dueño, en un movimiento antes impensado, para efectos de contratación para el susodicho Grupo Empresarial, a un ritmo imparable, de prácticamente 24 horas al día. ¿El protagonista de esta operación? El conocido empresario Mauricio Vélez Cadavid (foto).

Lo que la opinión pública no sabe es que, antes de ese  ritmo endemoniado, las clínicas estaban con un endeudamiento inmanejable y paulatino que obligó a  sus socios a doblegarse a los designios del capitalismo salvaje ante los dueños de las acreencias. No tenían ni para la nómina, mucho menos para proveedores. Tocó vender.