
Por Gabriel Zapata Correa
Este domingo los antioqueños nos jugamos el futuro del Departamento. Indudablemente en las urnas depositaremos el voto que nos pondrá de cara al gobierno del presidente Petro que no quiere a Antioquia y que ya comenzó a cobrarnos por ventanilla su desastre electoral en esta región en las elecciones presidenciales.
Y como este gobierno del presidente Petro es vengativo y rencoroso, ya pasó la primera cuenta de cobro con las 4G, como si estas vías tuvieran importancia únicamente para Antioquia y su desarrollo no tuviera implicación directa y fundamental en todo el país. Pero el odio enceguece.
Por estas razones, apenas expuestas tangencialmente, nos sirven para demostrarles la importancia de votar bien este domingo.
En primer lugar, nos preocupa la incoherencia del candidato de la continuidad, de Unidos por Antioquia como se llama su movimiento, Luis Fernando Suárez. Lo debemos decir con franqueza, porque fue él quien salió a festejar el triunfo del entonces alcalde Daniel Quintero, y en su momento aplaudió el discurso de la paz del presidente Petro, en la agitada región del Urabá Antioqueño. Apenas para soslayar estos detalles.
Pero aceptemos que uno debe cambiar su discurso si cae en cuenta que está equivocado. Y eso ha pasado con el señor Luis Fernando Suárez. Pero, sin embargo, nos parece una enorme contradicción que se venga a rasgar las vestiduras porque Andrés Julián no se pliegue a sus ambiciones personalistas, mientras él se aferra a su obsesión enceguecida de ser gobernador de Antioquia, simplemente porque ya ejerció ese cargo en calidad de encargado. Y debemos decir la verdad. Fue gobernador encargado por una contingencia jurídica de su jefe, ni siquiera por meritocracia.
Pro también nos preocupa que el exsenador conservador de Antioquia, expresidente del Congreso, Juan Diego Gómez, un hombre curtido en estos ajetreos y quien se ha caracterizado por su visión y habilidad políticas, se acoja a los mismos argumentos del candidato Luis Fernando Suárez, cuando lo que están haciendo es sirviéndole en bandeja los intereses de Antioquia a un gobierno que tiene los ojos puestos en este Departamento, y que, si no fuera por ellos, no tendría posibilidad alguna de llegar al poder que tanto anhelan desde Bogotá.
Tanto Luis Fernando Suárez como Juan Diego Gómez dijeron esta mañana, enceguecidos por las ambiciones de poder, que solo ellos unidos tienen la posibilidad de salvar a Antioquia, por encima del candidato del Centro Democrático, Andrés Julián Rendón, quien viene marcando más fuerte en las diversas encuestas.
Es muy diciente que en todas las negociaciones previas, en las cuales participaron ambos candidatos con los otros aspirantes, no hubieran sido claros en sus posiciones y solo ahora, cuando se perfila el exalcalde de Rionegro con muchas posibilidades de ganar sin riesgo alguno, antepongan sus ambiciones personalistas con el argumento de que quieren salvar a Antioquia, cuando en realidad lo que están haciendo es abrirle el camino al petrismo y al quinterismo.
La fórmula más creíble y confiable para haber buscado una candidatura única, es la de las encuestas con firmas serias, reconocidas y de trayectoria nacional, las mismas que le dan toda la opción de victoria a Andrés Julián Rendón y que han hecho que el exalcalde de Rionegro goce hoy de la mayor favorabilidad para llegar a la Gobernación.
Es muy claro, que, si el petrismo gana la Gobernación, Luis Fernando Suárez, el candidato de Unidos por Antioquia, y Juan Diego Gómez, el aspirante del Partido Conservador, tendrán una altísima responsabilidad en el nefato futuro que le espera al Departamento.
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