Por Gabriel Zapata Correa
El primer campanazo sobre la situación económica del país nos lo dio hace 15 días el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, cuando anunció que es urgente que el Congreso de la República apruebe una ampliación del cupo de la deuda en 17 mil millones de dólares, si el país quiere cumplir con el pago de sus compromisos con la banca internacional.
Inmediatamente se levantaron voces de alerta desde todos los rincones del país, especialmente de los expertos y de los exministros de Hacienda, quienes alertaron sobre las graves consecuencias que nos traería para Colombia entrar en el cese de pago de estas obligaciones y el mensaje negativo que se enviaría a los inversionistas nacionales e internacionales.
El exministro de Hacienda y actual rector de la Escuela de Ingenieros de Antioquia, José Manuel Restrepo, explicó el contexto detrás de esta advertencia del presidente Petro y del titular de Hacienda. Según Restrepo, la situación fiscal del país es precaria, con gastos que habitualmente superan a los ingresos.
“Como en una familia que usted gasta más de lo que recibe, pues evidentemente tiene que endeudarse”, afirmó Restrepo en una entrevista con Blu Radio. Este déficit anual obliga a Colombia a recurrir constantemente a nuevos cupos de endeudamiento para cubrir sus obligaciones financieras.
El déficit fiscal persistente ha llevado a Colombia a aumentar su endeudamiento año tras año. La advertencia del presidente Petro refleja las tensiones y desafíos que enfrenta el gobierno en el manejo de la economía nacional. Restrepo subrayó que la insolvencia en el pago de la deuda podría tener graves consecuencias, tanto a nivel nacional como internacional, afectando la confianza de los inversionistas y aumentando el costo del crédito futuro.
Si Colombia empieza a incumplir sus pagos de deuda, entraría en una situación conocida como “default”, lo que significa que no cumpliría con sus compromisos financieros. Esto podría provocar una reacción negativa en los mercados, aumentando la prima de riesgo país, la tasa de cambio y los costos de interés. Además, enviaría un mensaje desfavorable a los inversionistas internacionales y a las calificadoras de riesgo, según el exministro de Hacienda.
“El problema es que, en esas circunstancias, pues la reacción normal de los mercados es que se te eleva la prima de riesgo país, se aumenta la tasa de cambio, se elevan los costos de intereses que está teniendo la nación y, por ende, te deja mucho menos espacio para poder hacer inversión social, inversión productiva en el país”, manifestó Restrepo.
“Esto generaría un pésimo precedente, un muy mal mensaje, como ha sucedido en países cercanos, incluso como Perú. Un mal mensaje a corto y a largo plazo, porque entonces genera el mensaje de que Colombia, como históricamente recientemente, lo ha sido, que es un país respetuoso del cumplimiento ya no lo es y, por lo tanto, entonces genera incertidumbre sobre los inversionistas internacionales de si le prestan o no le prestan a Colombia”, afirmó el exministro.
Restrepo finalizó destacando que Colombia enfrenta un proceso de estancamiento económico, con varios sectores en declive, como la industria, el comercio, los servicios financieros y el turismo interno.
Pero a este contexto tan grave, se suma la desfinanciación de los programas sociales, porque no hay plata. Lo que lleva a que el ciudadano de la calle se pregunte qué se hizo la plata, en medio de tantos escándalos de corrupción, que nos lleva a la normal y natural conclusión de que se la están robando, como sucedió con la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo.
Vale recordar que, según las denuncias iniciales, el robo comenzó con 380 mil millones de pesos, pero ya se va acercando al billón. ¿Dónde está la plata?
Pero hay otro detalle que no es menor frente a este panorama económico tan desolador.
Según el mismo Ministerio de Hacienda el índice de ejecución presupuestal de las diferentes dependencias del Gobierno no asciende al 10 %. Y si los programas sociales están desfinanciados, y los ministerios no están ejecutando, ¿dónde está la plata? ¿O será lo que dicen las malas lenguas en los pasillos del Congreso que la están guardando para la campaña presidencial del 2026?
En otro punto que coinciden exministros y expertos, es que a la elevada corrupción que afecta la caja de este gobierno, hay que sumarle el derroche, como se ha denunciado, por ejemplo, en la vicepresidencia de la República y el despacho de la primera dama, Verónica Alcocer. Tanto Francia Márquez como la señora Verónica son acusadas de gastar a manos llenas, porque lo que nada nos cuesta volvámoslo fiesta.
Los analistas también han concluido que nunca antes en la historia del país, la caja del Gobierno había estado en unos niveles tan bajos con escasos márgenes de maniobra. Por eso es muy importante que se responda la pregunta: señor presidente, ¿dónde está la plata? (Con datos de Infobae).
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