16 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: ¿Sabe usted dónde está el presidente Duque en estos momentos?

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

No es mejor la coyuntura social y económica del país hace un año, que la que estamos sufriendo en estos momentos.  

Ya sabemos, por ejemplo, que en el país se cerraron 40 mil negocios a causa de los paros, marchas, manifestaciones, actos vandálicos y bloqueos de vías y que las pérdidas económicas totales pueden ascender a los 300 billones de pesos, sin contar las acumuladas por las consecuencias en todos los órdenes por la pandemia del Covid-19. Estos datos con base en la última encuesta de Fenalco, sobre las repercusiones de las protestas a nivel general en el país. 

Pero en el tema de la pandemia por el Covid-19 las cifras tampoco son más esperanzadoras, pues estamos casi en 600 muertos diarios y más de 28 mil contagios por día, con el sistema nacional de salud colapsado y varias ciudades del país sin camas UCI y algunas inclusive con pacientes muriéndose esperando un turno para ser intubado.  

El panorama no puede ser más desalentador en el presente, pero de cara al futuro mucho más preocupante, porque el ciudadano de la calle ya siente en el bolsillo las consecuencias directas de las protestas, y la escasez y el hambre acechan irremediablemente. Si comparamos este diagnóstico de ahora, con el de hace un año, tenemos que reconocer que este es mucho peor que el del año pasado. 

Vale presentar este cuadro comparativo, para que los colombianos no perdamos los puntos de referencia de una realidad inocultable, porque puede tener unas repercusiones incalculables en el escenario político de caras a las próximas elecciones para Presidencia y Congreso. 

Por eso también vale recordar que el año pasado tuvimos a diario al presidente Iván Duque en televisión para hablarnos y orientar a los colombianos sobre la pandemia, en una época, en la cual, los registros eran mucho más temibles en el exterior que en el país, y obviamente que a los que estamos viviendo y sufriendo ahora. Pero hoy las circunstancias y características son mucho más preocupantes en todos los renglones de la vida nacional. 

Nos preocupa la ausencia del presidente Duque. No porque esté en el exterior, sino porque los colombianos necesitan de su líder que llegó a la Presidencia de la República con más de 10 millones de votos, para que les diga cómo es el manejo que se le está dando al paro, cuyo comité nacional decidió levantar las marchas semanales, cuál es la estrategia de los diálogos regionales, y la visión de la Presidencia sobre la pandemia ahora que son casi 600 muertos diarios y nos ubicamos como el tercer país del orbe con más decesos después de India y Brasil. ¿Hacia dónde vamos, cuáles son las perspectivas oficiales? ¿Cuál es la salida? 

De ahí que podamos parodiar aquella pregunta que hizo historia en la televisión, ¿sabe usted dónde están sus hijos en este momento?, para plantear los silencios del mandatario, cuando se necesita de su palabra. ¿Sabe usted dónde está el presidente Duque en este momento? 

Colombia es un país triste y sin esperanzas. A los colombianos nos tienen golpeados los problemas sociales, la canasta familiar está en precios insoportables a causa de los bloqueos, y no hay medidas efectivas para controlar a los especuladores, el penúltimo eslabón de una cadena de abusos que demuestran la falta de mando y autoridad. Un atropello total, sin protección para el ciudadano de a pie. Pero además no se ven soluciones a corto, mediano y largo plazo. Esa es la desesperanza, señor presidente. 

Hay un escenario que nos pinta de cuerpo entero la falta de alegría y paradigmas que nos distraigan de estas angustias inevitables. 

El jueves jugó la Selección contra Venezuela. Ya no se vivía el ambiente de antes. Las calles se vestían de amarillo, hombres, mujeres, jóvenes y niños con la camiseta de la Selección, los taxis engalanados, las cajeras de los almacenes y hasta los vigilantes contagiados de esa fiesta que se nos salía hasta por los poros. Nada de eso se vivió este jueves… 

Pero es una lástima que los colombianos no tengamos ni tiempo para disfrutar de la Selección, pensando en la angustia del minuto para salvar la comida del día. 

Por eso vale la pena reclamar la presencia más activa del presidente Duque. No es el momento para que esté distraído solucionando problemitas de poca monta relacionados con la burocracia partidista, mientras decenas de colombianos se mueren de hambre y centenares hacen cola para ocupar una cama UCI, esperando la muerte. 

¿O será que es más importante la politiquería partidista, que la vida?