16 junio, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: reaccionamos o nos hundimos

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Gabriel Zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

Terminamos un 2024 con más angustias que las que teníamos al comienzo y comenzamos un año nuevo con presagios reservados por un gobierno que persiste en gobernarnos con el odio en una mano y la venganza en la otra.

Podríamos decir que muchas decisiones del presidente Petro están motivadas, en algún porcentaje, por el ánimo del desquite con sus enemigos u opositores.

Una de las decisiones que más molestó a la opinión pública en general y a las gentes de bien en particular, fua la de haber nombrado como gestores de paz, sin ningún recato por las miles de centenares de víctimas, a los criminales excabecillas de las AUC, encabezados por Salvatore Mancuso, por encima incluso de los criterios de la JEP. ¿Y qué tal haber nombrado al violador de niñas menores de 14 años, el pederasta criminal Hernán Giraldo, acusado de haber abusado a más de 300 de ellas? Pero a Petro ni le dolieron las niñas de Colombia, cuando pudo haber sentado con valor un precedente frente a las menores de edad en el país, que ocupan el primer lugar en la violación de sus derechos…

Pero cupo más el odio en el corazón del mandatario por el expresidente Uribe para resarcir supuestamente a los criminales asesinos de las AUC, por un proceso de paz con ellas que, según él, no culminó por su extradición. Es relevante este asunto en el pasado 2024, porque el presidente Petro disfrazó esta decisión con sus buenas intenciones en su proyecto de la Paz Total, cosa que nadie osaría criticar, pero se fue por lana y salió trasquilado, porque tiene el país destrozado y atomizado en manos de las bandas criminales.

Pero hay unas decisiones más recientes que tienen que ver con el aumento del salario mínimo en un 9,5% y de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), lo que les paga el Gobierno a las EPS por cada paciente.

Hay que revelar que, como este es un presidente que maneja el país por sus niveles de odio y venganza, que, cuando le hundieron la ley de financiamiento o reforma tributaria, que no necesitaba el país, expertos, analistas, políticos y empresarios, dijeron: esperen la venganza de Petro. Y dicho y hecho.

El presidente, con la narrativa que lo caracteriza, se vino con el incremento del 9,54%, pese a los criterios del Banco de la Repúblicas y a las recomendaciones de los empresarios del sector productivo. Este incremento del 9,54% para el 2025, que representa un ajuste de 123.500 pesos a partir de enero, aunque resulta un alivio para los trabajadores formales del país, también trae consigo unas “cláusulas” que podrían afectar el bolsillo de los colombianos. Al menos, 3.7 millones de colombianos que devengan el salario mínimo, recibirán ahora un salario de 1.423.500 pesos. Pero nefasto para pequeñas y medianas empresas y para emprendedores que verán afectada la sostenibilidad de sus proyectos.

Pero más grave el precario incremento de la UPC. Los empresarios lo habían advertido, que el presidente Petro, en venganza por el hundimiento de su ley de financiamiento o reforma tributaria también pagarían los platos rotos las EPS. Y así fue. La UPC es la cantidad que el Estado asigna a las Entidades Promotoras de Salud (EPS) para financiar la atención de cada usuario afiliado al sistema.

El anuncio del Ministerio de Salud y Protección Social, confirma un aumento del 5,36% en la Unidad de Pago por Capitación (UPC) para 2025.

Este ajuste, calculado con base en la inflación acumulada hasta noviembre de 2024, se presenta como una respuesta a las dificultades financieras y operativas del sistema, pero al mismo tiempo, fue duramente criticado por varios actores del sector, que lo consideran insuficiente para cubrir las crecientes necesidades del sistema de salud.

Debe estar feliz el presidente Petro, porque mejor garrote no pudo encontrar para saciar su sed de venganza contra los políticos y empresarios que se le oponen en el Congreso.

La Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi) y la organización Pacientes Colombia, expresaron su descontento a través de las redes sociales, calificando la decisión como un “golpe mortal” para los enfermos en Colombia.

El líder de esta última, Danis Silva, afirmó: “Petro le acaba de colocar la lápida a los pacientes en Colombia. El aumento del Gobierno nacional a la UPC, que es lo que el Estado paga a las EPS para atender la salud de los colombianos, quedó en 5.36%, seis puntos por debajo del incremento del salario mínimo”.

Si la paz, la salud y el futuro del sector productivo y de las pequeñas y medianas empresas están en altísimo riesgo, ¿qué más podemos esperar?

Tenemos que reflexionar. El Congreso, y en particular la Cámara de Representantes, no pueden ser tan obsecuentes y áulicos con este presidente destructivo, cuya tarea arrasadora nos dejará en un escenario desértico del cual nos demoraremos 30 años para recuperarnos.

Reaccionamos o nos hundimos…