18 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Por fin el presidente Duque cogió las riendas

Gabriel zapata

Después de un mes completo de protestas, actos vandálicos y de bloqueos viales, luego de la violencia desaforada que ha desatado quema de alcaldías, palacios de justicia, la ruina de centenares de locales comerciales, y numerosas víctimas mortales y heridos, el presidente Duque por fin decidió hacer uso de los mecanismos que le brinda la Constitución para garantizar la seguridad de los activos de la nación, y la integridad y la vida de los ciudadanos. 

Este despliegue militar por bloqueos y violencia en Cali, venía siendo exigido y presionado por ciudadanos, dirigentes, empresarios y algunos mandatarios regionales, cuyas empresas están al borde de la quiebra, y en este momento despidiendo centenares de trabajadores. 

Este viernes fue marcado por la violencia y la muerte en Cali y el Valle del Cauca, con cuatro muertes en medio de las protestas. Por eso Duque anunció un “máximo despliegue de asistencia militar a la Policía Nacional en esa zona del país”.
“El despliegue se hará en cabeza de oficiales de la más alta experiencia, trabajando de la mano con los gobiernos nacional, departamental y local”, agregó Duque, quien dijo que con esta decisión se triplicará la capacidad en todo el departamento en menos de 24 horas y se asegurará la asistencia en puntos neurálgicos donde se han registrado actos vandálicos. 

Otro de los objetivos del despliegue militar, sostuvo el mandatario, es la protección de los corredores viales, “el desbloqueo como principio, como medida de protección de los derechos”. 

Para esta labor estarán disponibles 7.000 hombres, incluidos los de la Armada Nacional. Con esto también se busca “proteger todos los activos de la Nación y la productividad y la logística”. 

Expresó que el país siempre ha mantenido canales de conversación, deliberación y concertación, “pero nunca con la violencia en la mitad atentando contra los ciudadanos”. 

Finalmente, dijo que se monitoreará constantemente el accionar del despliegue militar y que se acelerará en investigar vínculos entre grupos organizados y actos de desórdenes que se han registrado últimamente. 

El balance presentado esta mañana por el ministro de la Defensa, Diego Molano, comienza a regresar la tranquilidad a los colombianos. 

“Ayer movilizamos casi 1.000 tractomulas de Buenaventura a distintos lugares; van más de 1.000 capturados entre quienes financian y quienes son utilizados para cometer los delitos contra todos los colombianos; incautadas alrededor de 1.200 armas de fuego; en el transcurso de estos bloqueos habían más o menos 2.500 bloqueos, hoy hay 42; nos hemos anticipado estratégicamente en un 60% de los actos delincuenciales y vandálicos, y esta semana y la otra se entrará con unos componentes de reacción inmediata para terminar los bloqueos”, dijo. 

“Con lo anterior, sin dejar a un lado que no somos perfectos, nuestros policías y militares están jugados por defender los colombianos, las instituciones y la democracia. Como Ministerio de Defensa no hemos cedido ni un milímetro”. 

Y luego dijo: “Es inconcebible que hoy algunos sectores salgan como adalides de la moral y de buen gobierno a decirnos que estamos mal, cuando fueron ellos quienes cedieron nuestro estado, generando total impunidad. Esto que estamos viviendo hoy, es consecuencia de una negociación que humilló e irrespetó la esencia de la mayoría de los colombianos por desconocerlos, y puso en juego las instituciones de nuestro país. Cuando se anteponen a la fuerza los intereses de un gobierno con unas minorías narcoterroristas sobre la justicia, pasan este tipo de fenómenos, y siempre la salida para el delincuente serán las vías de hecho, ya que entendieron que, mediante procesos, cuando este cede un espacio de institucionalidad, ser ilegal paga y genera réditos políticos. Pusieron la fuerza legítima del Estado y la violencia en las mismas condiciones”, dijo. 

Las palabras del presidente Duque y del ministro de la Defensa nos regresan la confianza. 

Sin embargo, vale la pena llamar la atención del presidente Duque sobre lo que sucede en Medellín. Aquí no tenemos la sensación de seguridad y confianza en el alcalde ni en las autoridades que él conduce. Los ciudadanos no nos sentimos seguros ni tranquilos. 

El alcalde es blandengue con los vándalos. Ni siquiera los condena. No transmite autoridad porque no quiere a Medellín, y parece orientar y darles pistas a los delincuentes demenciales con sus trinos y para completar, la intervención de la policía es tardía frente a todos estos hechos.  

Y como si fuera poco, su secretario de Seguridad y Convivencia, el general en retiro de la Policía, José Gerardo Bedoya, es débil hasta en su lenguaje, porque uno no puede hablar de “afectaciones bancarias” cuando literalmente queman varios bancos. 

Señor presidente, ahora sí sentimos que usted cogió las riendas, aunque en Medellín no tenemos alcalde… Es la triste realidad. (Opinón). 

Por Gabriel Zapata Correa

Después de un mes completo de protestas, actos vandálicos y de bloqueos viales, luego de la violencia desaforada que ha desatado quema de alcaldías, palacios de justicia, la ruina de centenares de locales comerciales, y numerosas víctimas mortales y heridos, el presidente Duque por fin decidió hacer uso de los mecanismos que le brinda la Constitución para garantizar la seguridad de los activos de la nación, y la integridad y la vida de los ciudadanos. 

Este despliegue militar por bloqueos y violencia en Cali, venía siendo exigido y presionado por ciudadanos, dirigentes, empresarios y algunos mandatarios regionales, cuyas empresas están al borde de la quiebra, y en este momento despidiendo centenares de trabajadores. 

Este viernes fue marcado por la violencia y la muerte en Cali y el Valle del Cauca, con cuatro muertes en medio de las protestas. Por eso Duque anunció un “máximo despliegue de asistencia militar a la Policía Nacional en esa zona del país”.
“El despliegue se hará en cabeza de oficiales de la más alta experiencia, trabajando de la mano con los gobiernos nacional, departamental y local”, agregó Duque, quien dijo que con esta decisión se triplicará la capacidad en todo el departamento en menos de 24 horas y se asegurará la asistencia en puntos neurálgicos donde se han registrado actos vandálicos. 

Otro de los objetivos del despliegue militar, sostuvo el mandatario, es la protección de los corredores viales, “el desbloqueo como principio, como medida de protección de los derechos”. 

Para esta labor estarán disponibles 7.000 hombres, incluidos los de la Armada Nacional. Con esto también se busca “proteger todos los activos de la Nación y la productividad y la logística”. 

Expresó que el país siempre ha mantenido canales de conversación, deliberación y concertación, “pero nunca con la violencia en la mitad atentando contra los ciudadanos”. 

Finalmente, dijo que se monitoreará constantemente el accionar del despliegue militar y que se acelerará en investigar vínculos entre grupos organizados y actos de desórdenes que se han registrado últimamente. 

El balance presentado esta mañana por el ministro de la Defensa, Diego Molano, comienza a regresar la tranquilidad a los colombianos. 

“Ayer movilizamos casi 1.000 tractomulas de Buenaventura a distintos lugares; van más de 1.000 capturados entre quienes financian y quienes son utilizados para cometer los delitos contra todos los colombianos; incautadas alrededor de 1.200 armas de fuego; en el transcurso de estos bloqueos habían más o menos 2.500 bloqueos, hoy hay 42; nos hemos anticipado estratégicamente en un 60% de los actos delincuenciales y vandálicos, y esta semana y la otra se entrará con unos componentes de reacción inmediata para terminar los bloqueos”, dijo. 

“Con lo anterior, sin dejar a un lado que no somos perfectos, nuestros policías y militares están jugados por defender los colombianos, las instituciones y la democracia. Como Ministerio de Defensa no hemos cedido ni un milímetro”. 

Y luego dijo: “Es inconcebible que hoy algunos sectores salgan como adalides de la moral y de buen gobierno a decirnos que estamos mal, cuando fueron ellos quienes cedieron nuestro estado, generando total impunidad. Esto que estamos viviendo hoy, es consecuencia de una negociación que humilló e irrespetó la esencia de la mayoría de los colombianos por desconocerlos, y puso en juego las instituciones de nuestro país. Cuando se anteponen a la fuerza los intereses de un gobierno con unas minorías narcoterroristas sobre la justicia, pasan este tipo de fenómenos, y siempre la salida para el delincuente serán las vías de hecho, ya que entendieron que, mediante procesos, cuando este cede un espacio de institucionalidad, ser ilegal paga y genera réditos políticos. Pusieron la fuerza legítima del Estado y la violencia en las mismas condiciones”, dijo. 

Las palabras del presidente Duque y del ministro de la Defensa nos regresan la confianza. 

Sin embargo, vale la pena llamar la atención del presidente Duque sobre lo que sucede en Medellín. Aquí no tenemos la sensación de seguridad y confianza en el alcalde ni en las autoridades que él conduce. Los ciudadanos no nos sentimos seguros ni tranquilos. 

El alcalde es blandengue con los vándalos. Ni siquiera los condena. No transmite autoridad porque no quiere a Medellín, y parece orientar y darles pistas a los delincuentes demenciales con sus trinos y para completar, la intervención de la policía es tardía frente a todos estos hechos.  

Y como si fuera poco, su secretario de Seguridad y Convivencia, el general en retiro de la Policía, José Gerardo Bedoya, es débil hasta en su lenguaje, porque uno no puede hablar de “afectaciones bancarias” cuando literalmente queman varios bancos. 

Señor presidente, ahora sí sentimos que usted cogió las riendas, aunque en Medellín no tenemos alcalde… Es la triste realidad.