Por Gabriel Zapata Correa
Nuestro autoritario mandatario Gustavo Petro ha puesto en riesgo la estabilidad económica del país con sus enfrentamientos verbales desbordados con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump y la forma como ha llevado la crisis con nuestro principal aliado Estados Unidos.
No le importaba que pusiera en riesgo la economía del país, sino su interés personal, no ideológico, de lograr un liderazgo falso de la izquierda en la región y en el mundo. Y en este aspecto no les copió el ejemplo de grandeza que le han venido dando Gabriel Boiric, de Chile; Lulla Da Silva de Brasil y Claudia Sheinbaum Pardo de México.
Ellos han evidenciado altura y categoría de jefes de Estado para enfrentarse a un Donald Trump. En contraste el autoritario presidente colombiano se comporta como un activista gamín de la calle, igualado en el lenguaje y en el tono a los sátrapas de Venezuela, su amigo Nicolás Maduro y de Nicaragua, Daniel Ortega. A propósito, su amigo Nicolás Maduro aprovechó la coyuntura para salir a respaldar a su dilecto Gustavo Petro, acabando de desnudar la incondicional relación que existe entre los dos.
¿No calculó Petro, en su ceguera radical por defender la vecina dictadura de Venezuela, que esta se podría convertir en la daga que alimentaría en su enemigo del norte su inclusión en la lista Clinton?
¿O a quien que tenga dos dedos de frente no le parecía sospechoso que nuestro mandatario saliera con frecuencia y vehemencia a negar la existencia del Cartel de los Soles, encabezado por los más representativos tiranos de Venezuela, por su dilecto Nicolás Maduro?
El Cartel de los Soles existe. Una organización criminal, cuya existencia está completamente documentada, no solo por las más importantes agencias investigativas de Estados Unidos, sino de varios países de Europa. Pero Petro, por simple apreciación o capricho personal, para mantener el cariño del régimen del terror del vecino país, se mantiene en negarlo.
Su inclusión en la Lista Clinton es la mayor humillación que pueda recibir un ciudadano de bien, y ni se diga lo que significa para el presidente de un país.
Al secretario del Tesoro de Estados Unidos le parece sospechoso lo comportamiento de Petro en el manejo del control de la producción de la cocaína. “Desde que el presidente Gustavo Petro llegó al poder, la producción de cocaína en Colombia se ha disparado hasta alcanzar el nivel más alto en décadas, inundando a Estados Unidos y envenenando a los estadounidenses”, dijo el secretario del Tesoro, Scott Bessent, al argumentar las sanciones financieras contra Petro.
«El Tesoro sanciona al presidente de Colombia, Gustavo Petro, por su rol en el tráfico ilícito de drogas», dice la cuenta del Departamento en la red social X.
«El presidente Petro ha permitido el florecimiento de los carteles de la droga y se ha negado a detener esta actividad», apuntó.
Según el gobierno estadounidense, Petro ha otorgado beneficios a «organizaciones narcoterroristas» bajo el auspicio de su plan de «paz total», entre otras políticas, generando niveles récord de producción de cocaína.
Justificando la decisión de este viernes, el gobierno de Trump sostuvo que Petro ha tenido un «comportamiento errático» y citó como ejemplos que el presidente colombiano compartió en 2024 información confidencial obtenida a través de canales seguros de comunicación contra el lavado de dinero, amenazando la integridad del sistema financiero internacional.
«También se alió con el régimen narcoterrorista de Nicolás Maduro Moros y el Cártel de Los Soles», menciona el comunicado emitido por el Tesoro.
Como resultado de la medida, informó el Departamento del Tesoro, «todos los bienes e intereses en bienes de las personas designadas» que se encuentren en Estados Unidos o en posesión o control de ciudadanos estadounidenses, «quedan bloqueados y deben reportarse a la OFAC».
Además, cualquier entidad que sea propiedad, directa o indirecta, individual o colectivamente, en un 50% o más, «también queda bloqueada», agrega el documento.
Menos mal que Estados Unidos ha diferenciado entre Petro y los colombianos. Por eso excluyó al país de sanciones arancelarias. Peor la humillación y peor la vergüenza. Como lo dijimos hace ocho días, Petro se está quedando solo. En el sitio que le corresponde.


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