
Por Gabriel Zapata Correa
El presidente Petro no se esperaba que el premio Nobel de Economía, el británico James Robinson, a quien él elogió en sus redes sociales por haber sido merecedor de semejante reconocimiento mundial, le iba a quitar la máscara a nival nacional e internacional.
James Robinson, el economista galardonado con el Premio Nobel de Economía 2024, ha dedicado gran parte de su carrera a estudiar las instituciones políticas y el desarrollo económico de Colombia hace más de dos décadas. Robinson, que ha trabajado en Colombia durante más de dos décadas y ha sido profesor en la Universidad de los Andes, es reconocido con autoridad en el país, de manera que sus conceptos y sus análisis con relación a los diversos problemas de los colombianos no pueden ser considerados como los de un aparecido oportunista opositor. Entre otras cosas, porque en sus entrevistas con diferentes medios tocó varios aspectos en forma desapasionada.
Tenemos que decir que el nobel James Robinson no fue sectario en sus apreciaciones, porque también hizo referencias al expresidente Iván Duque, a quien calificó de “incompetente” que no tuvo interés en consolidar el proceso de paz con las Farc. Y al expresidente Uribe le reconoció su solidez en la lucha contra las Farc, aunque también le dijo que no le importó desinstitucionalizar el país en su intención de pepetuarse en el poder.
Esta visión amplia del señor James Robinson le ofrece más solidez y credibilidad a sus declaraciones, porque demuestra que tiene un conocimiento sobre Colombia respaldado en estudios e investigaciones, y que sus consideraciones no nacen de una posición sectaria con intereses políticos.
James Robinson criticó la capacidad de ejecución del presidente Gustavo Petro. Aunque reconoce que Petro tiene una agenda progresista, cuestionó su habilidad para implementarla efectivamente.
“El problema es que él no tiene ni idea de cómo cumplir ese mandato, cómo lograr cosas o cómo formular políticas que realmente transformen al país. Yo creo que él tiene una agenda progresista y hay muchos, pero muchos problemas en Colombia que tienen que ser resueltos, pero creo que él no entiende cómo tiene que ser eso”, afirmó Robinson durante la entrevista con varios medios.
Además, fue crítico con la política de “Paz Total” de Petro, calificándola más como un teatro político que como una verdadera estrategia para implementar los acuerdos de paz.
“El presidente Petro está más interesado en hacer teatro y hablar sobre las “Paz Total” que lo que realmente está en cumplir cosas y eso es una tragedia”, afirmó Robinson.
Aunque el país nos duele mucho, especialmente por lo que están sufriendo las poblaciones de los diferentes territorios con la Paz Total de Petro, sí nos satisface que el señor Robinson coincida con lo que pensamos la mayoría de los ciudadanos de bien con relación al manejo del principal problema que acorrala a Colombia por la entrega de grandes zonas a las diferentes bandas criminales que solo piensan en lucrarse con el narcotráfico, el secuestro y la extorsión.
El concepto de Robinson es claro y contundente, cuando afirma que el país no sabe para dónde va, y sostiene que “La mitad de Colombia no está gobernada, si vas al Pacífico o a los Llanos, no hay carreteras, no hay infraestructura, es absolutamente increíble”.
Cuando vemos las coincidencias de la visión del nobel James Robinson con lo que estamos viviendo los colombianos día a día y vemos que el país se está desgranando en las manos del presidente Petro, no tenemos más que concluir que el presidente se está engañando con sus cuentos y discursos mamertos, y persiste en creerse él mismo las mentiras que nosotros ya no le creemos.
Hay que ver los niveles de credibilidad del señor James Robinson que nadie ha salido con autoridad a refutarlo, y mucho menos a defender con propiedad los resultados del Gobierno del presidente Petro, cuya ejecución presupuestal da grima mientras la gente se muere en medio de sus necesidades.
No es que nos soslayemos con estas realidades, pero sí con ratificar cada día más que el presidente Petro sigue enredado en sus propios engaños y mentiras.
Y para rematar, reafirmar con James Robinson que Petro “no tiene ni idea de cómo cumplir ese mandato, cómo lograr cosas o cómo formular políticas que realmente transformen al país”.
Más claro no canta un gallo.
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