
Por Gabriel Zapata Correa
Los desgarradores testimonios de decenas de miles de pacientes en todo el país que están sufriendo en las puertas de los hospitales esperando una atención oportuna o de centenares de personas buscando con urgencia sus medicamentos, como nunca antes lo había vivido Colombia, nos lleva a la conclusión de que el presidente Petro acabó con la salud, de la mano con su ministro del ramo Guillermo Alfonso Jaramillo.
Ambos, el mandatario de todos los colombianos, y el titular de esta cartera, ambos enfermizos activistas de la izquierda, desataron desde su poder toda su venganza para desahogar el odio que han manifestado siempre contra las EPS, a las que han ido ahogando poco a poco, sin importarles que los pacientes están pagando estos desafueros de estos dos nefastos personajes, a quienes tampoco les interesa la vida en riesgo de las personas.
¿Qué está pasando con la salud? ¿Por qué hemos llegado a estos excesos por falta de atención en urgencias, y por qué estos excesos en la escasez de medicamentos? ¿Y por qué el ministro de la salud, Guillermo Alfonso Jaramillo persiste en su propósito de asfixiar al sistema de la salud?
Pero lo peor de todo lo que está pasando, es que tanto el presidente Petro, como su ministro Jaramillo, desconocen o ignoran los llamados y las órdenes de la Corte Constitucional para que se ajuste la Unidad de Pago por Capitación, que es la base soporte del sistema.
Por eso el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, puso contra las cuerdas al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, porque no ha acatado la orden de la Corte Constitucional de cumplir los pasos para pagar la Unidad de Pago por Capitación.
La dura frase del empresario es la siguiente:
“La Corte Constitucional le ordenó al Ministerio de Salud constituir una mesa con los actores del sector para revisar la UPC (Unidad de Pago por Capitación). Desde ese momento le hemos solicitado al ministro incluir a las cámaras de salud de la ANDI en dicha mesa: aseguramiento, prestadores del sistema IPS, medicamentos, dispositivos médicos y gases medicinales. Están a la espera de la citación, pero hasta la fecha no ha sido posible
“¿Será que el informe que entregamos en el cual demostramos que el ministerio ha subestimado más de 163 billones de pesos en los próximos 10 años influye en la decisión del ministerio? ¿O es solo la voluntad del ministro Guillermo Alfonso Jaramillo?”
¿Hasta dónde llegan los límites de este ministro a quien poco le importan las instituciones? Los alcances de sus abusos no respetan frontera alguna. Esta semana se denunció que el Ministerio de Salud desvinculó a varios funcionarios quienes advirtieron que el incremento aprobado para la Unidad de Pago por Capitación (UPC) era insuficiente para cubrir las necesidades del sistema.
El reporte señala que al menos cinco personas fueron retiradas de sus cargos tras haber realizado los cálculos sobre el ajuste que debía aplicarse a la UPC, un factor clave en la financiación del sistema de salud. Este equipo llevaba más de diez años realizando esta tarea, lo que ha generado sospechas sobre los motivos reales de su despido.
El aumento determinado por el Ministerio de Salud fue del 5,4 %, cifra que, según los expertos, resulta insuficiente. Los cálculos del equipo técnico indicaban que el ajuste necesario debía situarse entre el 10 % y el 15 %, lo que habría generado tensiones con el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo.
Vale la pena tener en cuenta los conceptos de la exviceministra de Salud, Diana Cárdenas, quien se pronunció al respecto y calificó la situación como preocupante. “Es muy grave esto. Es injusto. El Gobierno del cambio está tomando decisiones arbitrarias y violando el derecho a los trabajadores por hacer su trabajo”, afirmó.
“A ellos los han trasladado, porque no los pueden despedir, pero los han reubicado por hacer bien su trabajo”, denunció que esta decisión pone en riesgo la estabilidad financiera del sistema de salud. “Lo que no puede pasar es que la decisión de financiamiento de la UPC esté sujeta a pareceres o caprichos de un ministro sin haber consultado y analizado los datos”, enfatizó.
Otro detalle grave, es, según la exviceministra, el posible desvío de recursos dentro del sector. Según su denuncia, el ministro Jaramillo “está usando la plata que era para un fin y le está cambiando su destino”, lo que plantea dudas sobre el manejo del presupuesto y la transparencia del gobierno, porque tanto el presidente como su ministro anteponen el odio por las EPS, a las necesidades de la comunidad. Y como todas las decisiones sobre la salud pasan por la Presidencia y este ministerio, podemos afirmar sin lugar a equivocarnos, que el presidente Petro acabó con la salud en Colombia. Petro, que tanta carreta habla sobre la protección a la vida.
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