13 septiembre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Ojalá veamos un remate con título y en paz

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Gabriel Zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

Antioquia y Medellín tienen un reto gigante mañana, cuando comience a rodar el balón en el Atanasio Girardot, para dar inicio el partido definitivo entre Atlético Nacional y el Deportes Tolima: que este juego que ha despertado tantas expectativas regionales y nacionales se juegue en paz.

Ya es usual, infortunadamente, que la violencia viene siendo protagonista de nuestros estadios con actos repudiables protagonizados por fanáticos que más parecen delincuentes disfrazados de hinchas. Desafortunadamente las normas disciplinarias de la Dimayor parecen favorecer a estos violentos que han expulsado de los estadios a las gentes de bien y que han hecho que el fútbol deje de ser una actividad para disfrutar en familia.

El fútbol profesional colombiano no solo ha sido permeado por los violentos y los delincuentes, sino por una actividad que merece una mayor atención, no solo de las autoridades del fútbol, sino por el mismo gobierno. Se trata de las apuestas cuyas empresas manejan multimillonarios presupuestos en todos los países del mundo. Y obviamente Colombia no es la excepción y no ha escapado a los lazos tan largos y sólidos de los apostadores.

Lo que vale la pena preguntar es si algunos arbitrajes tan sospechosos y dudosos obedecen a extrañas circunstancias que se desprenden de los apostadores. Porque es inexplicable lo que ha sucedido en algunos estadios y con algunos equipos. No deja de ser muy aburridor que los jugadores de los diferentes equipos profesionales luzcan entre pecho y espalda la marca de una firma de apuestas de nivel internacional.

Las autoridades tendrán la responsabilidad de establecer los controles adecuados para que el fútbol profesional colombiano se desarrollo libre de toda sospecha e influencias mafiosas que provengan de las apuestas.

Pero volviendo al partido de hoy, tenemos que aceptar que han llegado a la gran final los dos mejores equipos del fútbol profesional colombiano del momento.

Nacional, que logró un valioso empate en Ibagué en el partido de ida, tiene la oportunidad en bandeja de plata de alcanzar su estrella 18, para reafirmarse como el elenco con mayor número de títulos en nuestro balompié profesional.

Tenemos que reconocer también que este equipo, que sufrió una renovación total en este 2024, está jalonado por dos líderes que han logrado sintonizar a sus jugadores y conectarlos con la hinchada. Se trata del técnico mexicano Efraín Juárez y el tremendo arquero David Ospina, diez años titular de la Selección Colombia, quien en la cancha maneja a Nacional con tino y elegancia.

Juárez, quien es la primera vez que dirige un equipo profesional, ha demostrado conocimiento y acierto en la orientación de los jugadores, quienes confían en su liderazgo, lo respetan y demuestran en la cancha que tienen jerarquía.

Se ve a un Atlético Nacional sólido y serio para la final, muy fuerte física y mentalmente, con un grupo muy unido, con un líder en el técnico Efraín Juárez y otra estrella que brilla con luz propia David Ospina.

El espíritu tiene que ser alegre y respetuoso con el rival, un Deportes Tolima que ha hecho méritos para llegar a esta instancia. Hoy el fútbol tiene que ser gallardo. Y que ojalá Atlético Nacional se logre coronar campeón, pero en un marco de paz para celebrar con alegría.