Vistazo a los hechos: Los mensajes asustadores del presidente electo 

Por Gabriel Zapata Correa (foto) 

Quienes hemos tenido la oportunidad de aproximarnos al ambiente empresarial y dirigencial del país, debemos confesar que hay mucho temor y preocupaciones sobre el futuro gobierno del presidente electo Gustavo Petro, generados por las declaraciones, la mayoría fuera de contexto, de los ministros designados, y también lo silencios del futuro mandatario. 

Estas declaraciones, hay que decirlo con franqueza, más parece sacadas de los discursos del candidato en campaña, que cualesquiera otras cosas, porque han producido un enorme desconcierto e incertidumbre en todos los sectores de la sociedad, y porque, además, el presidente electo no ha sido capaz de enviar un solo mensaje de tranquilidad.  

Eso sí, en contraste, valga decir, con la satisfacción que hay entre los más de 11 millones de votantes y de los políticos que, presurosos, corrieron a aliarse con el Pacto Histórico al otro día después de la victoria. No se pueden olvidar que más de 10 millones 500 mil votantes no querían que él ganara. 

Uno de los puntos neurálgicos de estos momentos nace de las declaraciones, algunas contradictorias, sobre la reforma tributaria que ha venido soltando el ministro designado de Hacienda, José Antonio Ocampo, las cuales ya han sufrido una metamorfosis proporcional en la medida en que ha bajado la efervescencia de la victoria. Y de los $75 millones que pensaba recaudar, ya va en $25 millones. Vaya y pregunte, y verá que nadie tiene una idea clara de cómo va a ser esta reforma y menos su alcance.  

Y para completar, la ministra designada de Agricultura, Cecilia López, tampoco ha sido un modelo de prudencia y de discreción en sus anuncios, con base en cifras contradictorias sobre la tierra en Colombia, y también en lo que tiene que ver con la ganadería y la producción agrícola. 

Estas declaraciones a El País de Madrid, la pintan de cuerpo entero: “Después de 30 años tenemos el sector rural como prioridad en la agenda. Todos los objetivos que plantea el presidente pasan por la transformación productiva, que es dejar de depender solamente del sector minero. Tenemos el agua mal usada, tenemos la tierra concentrada y tenemos la mayor población campesina de América Latina. No se puede hacer la transformación productiva en Colombia sin pasar primero por el sector agropecuario”. 

Y luego esta:” Esa gente tiene dos opciones. Tendrán que pagar un catastro multipropósito que va a ser alto. En Colombia el sector rural nunca ha pagado impuestos significativos, impuestos de verdad. ¿Cuáles son las opciones de una persona que tiene una cabeza de ganado en unas tierras tremendamente fértiles? O las pone a producir de manera que le den lo suficiente para pagar unos impuestos altos, o se las vende al Estado. Lo que ha dicho el presidente es que vamos a comprar la tierra que siendo productiva no esté siendo utilizada. El catastro multipropósito va a dar los recursos para comprar esas tierras”. 

Pero el ministro de la defensa, Iván Velásquez, tampoco va en patines. En su primer trino que envió después de ser designado, demostró que solo tiene en mente perseguir a los corruptos en las Fuerzas Militares. Si lo logra, miles de felicitaciones, pero no tenemos ni idea qué piensa del Clan del Golfo que ha venido asesinando a soldados y policías, ni cómo va a perseguir a las disidencias de las Farc, ni a los criminales del ELN. ¡Nada!, ni una palabra. 

No podemos tapar el sol con un dedo, ni hacernos los de la vista gorda con el desestimulo que se vive y se respira en las Fuerzas Militares en todos sus rangos, pues no sienten que haya una solidaridad de cuerpo de su futuro Comandante Supremo, el presidente Gustavo Petro, ni de su jefe inmediato el ministro de la Defensa, Iván Velásquez. ¿El palo está para hacer cucharas? 

Pero la cereza del pastel la acaba de poner el futuro ministro de la Educación, Alejandro Gaviria, quien anunció que el Informe Final del padre Francisco de Roux sobre el conflicto en Colombia, denominado “Comisión de la Verdad”, será llevado a escuelas y colegios del país. 

Si escuchamos a decenas de víctimas de las Farc, como por ejemplo, a las mujeres de la Corporación Rosa Blanca, muchas de ellas reclutadas cuando tenían menos de 15 años, violadas y obligadas a abortar varias veces, nos damos cuenta que no aparecen en este informe de la Comisión de la Verdad, al igual que muchos de los secuestrados como el general de la Policía, Luis Mendieta, 12 años en manos de los excabecillas de las Farc, y a quien la JEP se le negó a escuchar su versión.  

Esta es la verdad sesgada y acomodada que recibirán los niños en escuelas y colegios, con una intención muy clara de echarle la mayor culpa del conflicto a las fuerzas del Estado. Un buen comienzo de adoctrinamiento desde la niñez. 

El mensaje de la actitud del ministro de la Defensa, y del mismo presidente electo, no es más que un desprecio con las Fuerzas Militares. Esa es la verdad. 

De manera que hay razones suficientes para estar muy preocupados por este presente y el futuro del país. Ojalá que el desayuno no nos muestre cómo será el almuerzo.