Por Gabriel Zapata Correa
Al presidente Petro, más temprano que tarde, se le cayó la máscara con la decisión de Panam Sports de retirarle la sede de los Juegos Panamericanos a Barranquilla.
El presidente había guardado un sospechoso silencio cuando se le vino el mundo encima, y le llovieron las críticas a nivel nacional e internacional, por las repercusiones en el futuro cercano y lo que significa una determinación de esta categoría, frente a futuras sedes que le puedan ofrecer a Colombia.
La exministra de Deportes de Petro, María Isabel Urrutia, comenzó a desnudar con sus declaraciones que el mandatario no quería hacer esos Juegos
Esta frase les dijo a los medios: “Cuando me dicen que son ocho millones de dólares yo dije: ‘‘juemadre’, eso es mucha plata… “Ese dinero era solo para entregarle a Panam Sports, no para realizarlos. Yo le dije al presidente que eso era solo para tener el aval, porque los juegos me estaban valiendo un millón trescientos cincuenta mil dólares. Él me dijo que era mucha plata y que tocaba invertirla en donde está el conflicto armado” aseguró María Isabel Urrutia.
La revista Semana reveló esta mañana que el entonces alcalde Jaime Pumarejo le escribió al presidente Petro el 31 de agosto de 2023 que necesitaba del apoyo del Gobierno nacional para no perder la sede de los Juegos. Pero pese a las súplicas de la misiva, nunca se recibió una respuesta.
Otro eslabón más que se le añade a la cadena de engaños camuflados que revela a cuentagotas la ministra del Deportes, Astrid Rodríguez, quien no pudo disimular que estaba actuando por órdenes superiores, es que venía dilatando los plazos del pago de los compromisos económicos con Panam Sports, y olímpicamente, como actúan todos los integrantes del gabinete, se lava las manos con hipocresía.
Para que vean ustedes, que la forma como actúa la ministra del Deporte, Astrid Rodríguez, es el mismo patrón de comportamiento de las exministras Carolina Corcho, Irene Vélez, y del actual titular de la Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.
Pero a los hechos hay que darles la lectura que es. Se ve que se saben el libreto de memoria: golpear a las empresas y regiones donde no quieren al presidente Petro, desde luego con el respaldo y la aquiescencia del mandatario, quien persiste en gobernar bajo los parámetros del odio y de la venganza.
Al presidente no le duele gastar plata. De lo contrario impondría criterios de austeridad a la vicepresidente Francia Márquez, quien gasta a manos llenas, y restringiría el despilfarro que viene derrochando la Presidencia en sus viajes y en otros gustos innecesarios. No. Al presidente le interesa tomar decisiones políticas contra quienes no han compartido su ideología y sus decisiones. Sus acciones corresponden a desquites electorales.
¿Y por qué con los Juegos Panamericanos? Porque darle ese trofeo a Barranquilla es garantizarle un triunfo político más a los Char, en una región donde el presidente Petro fue derrotado estruendosamente. Y en el año 27, fecha de la inauguración de estas justas deportivas, ni el mismo Petro cortaría la cinta, ni un eventual sucesor podría reclamar la realización de las mismas. Petro es inteligente para manipular la verdad, aunque en este caso el tiro le sale por la culata…
Es la misma estrategia que viene poniendo en práctica con Antioquia, donde fue castigado implacablemente en las urnas por el pueblo y ganaron el poder dos símbolos de la oposición cerrada y argumentada contra las políticas que viene aplicando en el país. Y, al contrario de lo que hace el presidente Petro, el gobernador Andrés Julián Rendón y el alcalde Federico sí le hablan clarito y de frente, aunque aquí en este territorio sabemos que el mandatario solo sabe responder por la tangente y no le pone la cara a quienes se atreven a enfrentarlo con sinceridad.
Antioquia ya ha sufrido en carne propia los desquites electorales de Petro con la injusta e inoportuna intervención de Savia Salud, Comfenalco, la decisión de no renovar el contrato de la Delegación Minera y el silencio total a las inquietudes sobre su Paz Total que tiene a varias zonas de este territorio en manos de los criminales. Y lo que nos falta por sufrir en los dos años largos que restan de este interminable mandato.
Si no es así, ¿por qué el mandatario no ha sido capaz de responder la invitación al diálogo que le han formulado el gobernador Andrés Julián Rendón y el alcalde Federico Gutiérrez? Y no lo va a hacer…
¿Saben por qué? Porque al presidente Petro le falta la grandeza y la dignidad de un mandatario que rige los destinos de 55 millones de colombianos, y que solo quiere imponer sus caprichos de activista de izquierda como cuando era congresista. Y, por lo que vemos, Petro no ha sido capaz de super esa etapa.


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